Manos árabes llevaron las primeras naranjas a España
Su cultivo tomó auge durante 1825 en Castellón y Villareal, y poco tiempo después en Burriana y Almazurra.
Las naranjas, saboreadas y cultivadas por muchos en España llegaron al sur del país europeo gracias a manos árabes durante la segunda mitad del siglo XII.
En ese entonces, el extranjero Abuzacaría Abenalawan, escribió el Quitab el Fellaha o Libro de la Agricultura, sobre el sembrado de diversos cítricos, como el naranjo o el limonero, muy conocidos en aquella época.
Además, redactó un almanaque rural para Andalucía, en particular para Sevilla, acerca de las tareas más importantes a la hora de obtener la fruta.
Su cultivo tomó auge durante 1825 en Castellón y Villareal, y poco tiempo después en las regiones de Burriana y Almazurra.
Pronto, barcos procedentes de Cataluña y Mallorca llegaron a estas zonas para cargar grandes cantidades de productos y transportarlos a Barcelona.
El ritmo de labranza sufrió una interrupción entre 1834 y 1840 debido a la Guerra Civil y a partir de 1845 comenzaron las plantaciones, tanto al norte como al sur.
Las tierras que hasta ese momento desarrollaban el trigo y cáñamo devinieron lugares de esplendor para el nuevo alimento.
A finales del siglo XIX y principios del XX, gracias a la industrialización y la mejora del transporte, las frutas llegaban más frescas.
Durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial, las producciones disminuyeron y los países en conflicto restringieron el consumo.
En la actualidad, el sector aún no logró una completa recuperación. Muchos cosechan más de lo que venden y esto resulta en una baja en los precios.
La cultura ibérica preserva muchos rasgos de la árabe, pues el reino musulmán Al-Ándalus abarcó la mayoría de la Península desde el año 711 después de Cristo hasta principios del siglo XI.