Una ola de frío extremo y desajustes en los servicios de calefacción en varias localidades costaron la vida al menos a 91 personas en Estados Unidos esta semana.

Las inclemencias climatológicas llegaron con temperaturas bajo cero, anómalas nevadas intensas y heladas en el nordeste del país, donde el aire ártico choca con la humedad del golfo de México y crea "un gélido caos", según los reportes meteorológicos de esa nación.

No todas las víctimas son por las bajas temperaturas, aseguran los medios locales: hay accidentes asociados a las heladas de las carreteras y la caída de árboles bajo el peso de la nieve inesperada.

También el tendido eléctrico falló en varias zonas, y miles de casas permanecían sin electricidad este martes para calentarse o elaborar los alimentos de sus habitantes.

Expertos prevén un cercano aumento de las temperaturas y el fin de las carreteras resbaladizas, pero no de los peligros: el deshielo de las enormes masas de nieve acumuladas puede superar la capacidad de los ríos y provocar graves inundaciones en todos los estados.

De igual modo, varios países de Europa experimentaron tormentas de nieve o heladas de intensidad inesperada, con temperaturas de hasta menos 18 grados, cuando la media histórica de esta temporada es cercana al cero.

En esas condiciones varias agencias reportaron atascos multitudinarios en el tráfico de las ciudades, y la paralización de servicios, oficinas, empresas y centros educativos.

Francia pasó a alerta naranja en 10 regiones, mientras en Dinamarca algunos aprovecharon para esquiar en los campos de golf.

Ante el peligro de hipotermia o accidente, las autoridades y medios de prensa organizaron campañas para recomendar a la población extremar el abrigo en caso de salir a la calle, tener cuidados con el uso de calentadores y otros dispositivos, sobre todo con los menores, y conducir sólo si es necesario.