Por primera vez en la historia vemos el despertar de un agujero negro
Nombrado cariñosamente "Ansky", el agujero negro activó su masa de forma violenta, liberando ráfagas de rayos X excepcionales en intensidad y duración. Estas emisiones no parecen causadas por la absorción de una estrella, sino por interacciones con gas o un objeto más pequeño en su entorno.
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Por primera vez en la historia vemos el despertar de un agujero negro
Ubicado a 300 millones de años luz, en la constelación de Virgo, el agujero negro SDSS1335+0728 llevaba décadas dormido, según los científicos.
Pero el núcleo galáctico supermasivo activó su masa de forma tan violenta que dejó a los expertos fascinados.
La astrónoma chilena Paula Sánchez Sáez, del Observatorio Europeo Astral, comandó el primer equipo que detectó la actividad de “Ansky”, como cariñosamente le apodaron.
“Cuando lo vimos iluminarse en imágenes ópticas, comenzamos observaciones de seguimiento con el telescopio espacial Swift, revisamos datos archivados del equipo alemán eROSITA, pero no encontramos evidencia de desprendimiento de rayos X”, dijo Sánchez.
La sorpresa llegó en 2024, cuando un grupo liderado por la también chilena Lorena Hernández-García detectó ráfagas de rayos X, increíblemente potentes y regulares.
“Es la primera vez que observamos el despertar de un agujero negro”, aseguró.
Las emisiones resultaron 10 veces más largas y luminosas que las de otros cuerpos similares, y liberaron 100 veces más energía que las erupciones cuasiperiódicas observadas hasta ahora.
De acuerdo con Hernández-García, Ansky llevó los modelos astronómicos al límite, con un tiempo entre explosiones de cuatro días y medio, nunca antes registrado.
Esta actividad ocurre, por lo general, cuando un agujero negro succiona una estrella, pero no parece ser el caso.
Los expertos sugirieron que tal vez el material brillante alrededor del cuerpo espacial tuvo su origen en el gas capturado del entorno galáctico, y las llamaradas fueron el resultado de ondas de choque altamente energéticas, provocadas por un objeto más pequeño que orbitó el disco.
En 2035, la misión LISA, de las agencias del espacio de Europa y Estados Unidos, observará estas perturbaciones desde el punto L1 de Lagrange, en un lanzamiento a bordo del cohete Ariane 6.
Observar el despertar de este gigante en tiempo real es una oportunidad para comprobar si sus erupciones guardan relación con las ondas gravitacionales, predichas por la relatividad de Einstein y detectadas hace unos años por primera vez.