Ucrania y Sudán, estándares para responder a la crisis de refugiados
La escritora sudanesa Nazik Saleh habla en un artículo en la revista estadounidense Newsweek sobre los crudos dobles raseros de cómo el mundo trata a las personas desplazadas en diferentes países en función de sus orígenes.
La revista estadounidense Newsweek publicó este viernes un artículo de la escritora sudanesa Nazik Saleh, en el cual refiere el doble rasero para responder a la crisis de refugiados en el mundo.
De acuerdo con el reporte, existe un marcado contraste entre la respuesta a la guerra en Ucrania y el conflicto en curso en Sudán, en tanto hay una atención selectiva del fenómeno.
La respuesta inadecuada a la difícil situación de los refugiados sudaneses refleja una falta de voluntad política y un fracaso para priorizar la vida humana sobre los intereses geopolíticos.
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Cuando Rusia lanzó su operación militar especial en Ucrania en febrero de 2022, la comunidad internacional condenó rápidamente lo que describió como "agresión" y brindó apoyo inmediato a los refugiados ucranianos.
Países como Polonia, Moldavia, Rumania y otros en la región abrieron de inmedato sus fronteras para acoger la afluencia de millones de refugiados ucranianos. Reino Unido, Canadá, Estados Unidos y otros países occidentales movilizaron recursos, fondos y ayuda humanitaria para satisfacer las necesidades de quienes huían del conflicto, señaló el artículo.
A los pocos días de la guerra, las organizaciones de ayuda, las agencias de la ONU y las autoridades locales establecieron puntos fronterizos en varias naciones europeos para ayudar y proporcionar servicios básicos de emergencia.
Sin embargo, la imagen en Sudán es diferente. Desde el 15 de abril de 2023, los civiles sudaneses quedaron atrapados en el fuego cruzado entre el ejército y las Fuerzas de Apoyo Rápido.
El conflicto provocó el desplazamiento de más de tres millones de sudaneses, pero la respuesta de la comunidad internacional fue completamente inadecuada, según Saleh.
La política de los países vecinos exacerbó la situación al cerrar sus fronteras o imponer estrictos requisitos de entrada. Por tanto, las personas quedaron atrapadas en las fronteras durante semanas sin comida ni agua.
Los requisitos de visa crearon una sensación interminable de caos y confusión, y produjo la división de ls familias. Mientras el pueblo de Sudán espera las negociaciones de paz o incluso un alto el fuego permanente, los refugiados de ese país claman por el apoyo del mundo.
Sudán, con una población estimada de 48 millones, es uno de los países más pobres del mundo. El conflicto actual provocó el desplazamiento de unos 3,5 millones de personas, más de 700 mil abandonaron el país, especialmente hacia los países vecinos.
Chad es uno de los vecinos más prominentes en la recepció de gran número de sudaneses desplazados, especialmente del oeste del país, donde está la región de Darfur, devastada por la guerra. Más de 240 mil hueron hacia esa nación.