Cumbre de la Amazonia y el fracaso de metas comunes
Los desencuentros entre los países que comparten el Amazonas frustraron un acuerdo importante para proteger la selva.
El encuentro de dos días -el primero de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) en 14 años- tenía como finalidad consensuar una hoja de ruta para evitar a la región alcanzar un punto de no retorno en la afectación del clima del planeta.
La esperanza de Lula era salir de la cumbre con una política unificada sobre el medio ambiente. Pero según BBC News Brasil, los desencuentros entre los países que comparten el Amazonas frustraron un acuerdo importante para proteger la selva.
El pacto entre los países participantes (Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela), no fjió metas comunes en temas clave como la lucha contra la deforestación y dejó a cada país decidir sus propios objetivos de conservación.
¿Cúales fueron los puntos más contenciosos en la discusión que llevaron a cada país a defender su punto de vista e impidieron llegar al acuerdo tan esperado?
Deforestación
Presevar la Amazonía es una parte central en la lucha contra el cambio climático; y Lula hizo un llamado para establecer la meta común de acabar con la deforestación para 2030.
Pero aunque el término “deforestación” aparece 13 veces en el documento conjunto, allí no figura el objetivo de que todos los países estén adheridos a la tasa cero para 2030.
En su lugar, los países expresaron el compromiso a establecer una “Alianza para el Combate a la Deforestación entre los Estados Miembros”, ello incluye metas nacionales menos ambiciosas en comparación con la propuesta de deforestación cero para 2030.
Según declaraciones de funcionarios del gobierno brasileño a la BBC News Brasil bajo condición de anonimato, la meta común de deforestación cero para 2030 fue resistida por los países de la región, sobre todo por el presidente de Bolivia, Luis Alberto Arce.
Para Marcio Astrini, secretario ejecutivo de la coalición ambientalista Observatorio del Clima, la falta de consenso en torno a esta meta es el resultado de las diferencias políticas y económicas entre los países de la región.
Por su lado, el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, restó importancia a la ausencia de un objetivo común. “Esto no va a separar la región. Hubo un entendimiento sobre este tema de la deforestación”, dijo Vieira en respuesta a una pregunta de BBC News Brasil.
Exploración petrolera
El tema de la exploración petrolera fue objeto de controversia, y solo aparece mencionado al final del texto.
En este punto, los países acordaron iniciar un diálogo entre los Estados miembro sobre la sostenibilidad de sectores como la minería y los hidrocarburos en la Región Amazónica, en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus políticas nacionales soberanas.
Pero a juicio de expertos este un tema delicado para los países de la organización ricos en reservas petroleras como Brasil, Venezuela, Guyana, Surinam y Ecuador.
En su discurso durante la cumbre, el presidente colombiano Gustavo Petro criticó la exploración petrolera y mantuvo la posición de su gobierno de no liberar nuevas licencias de exploración petrolera en el país.
Petro instó a otros países a asumir esta iniciativa y apostar sobre nuevas fuentes de combustibles fósiles, pero Brasil considera explorar nuevas áreas en la desembocadura del río Amazonas.
Entretanto, en los días previos a la cumbre, los movimientos sociales reunidos en la capital de Pará realizaron manifestaciones para exigir el fin de la explotación petrolera en la Amazonía y la reducción global del uso de combustibles fósiles.
Financiación de los países ricos
Otro punto de desacuerdos fue el apartado sobre el cobro de los países de la región a las naciones ricas por transferir recursos a los países en desarrollo para hacer frente a la adaptación y mitigación del cambio climático.
Los países amazónicos acordaron instar a los países desarrollados a cumplir con sus compromisos de proporcionar y movilizar recursos, incluida la meta de movilizar 100 mil millones de dólares por año en financiación climática para apoyar las necesidades de los países en desarrollo.
El compromiso de transferir recursos a los países en desarrollo fue reclamado con frecuencia por el presidente Lula en sus discursos. Sin embargo, Petro criticó esa postura.
En su opinión, pedir dinero no es suficiente, pues es una forma retórica del Norte de decir que está haciendo algo.
Arce también criticó la intervención de actores extranjeros en la Amazonía. A su juicio, mientras Estados Unidos intenta influir en la región por medios militares, Europa lo hace hacerlo a través de organizaciones no gubernamentales.
“No aceptamos formas encubiertas de dominar la Amazonía”, dijo Arce.