Rusia y China buscan cortar la dependencia del dólar
Las sanciones occidentales ayudaron a generar un auge en el comercio entre ambos países desde 2022, aumentando un 26 por ciento a 240 mil millones de dólares este año.
Rusia anunció esta semana que su comercio bilateral con China se alejó casi por completo del uso del dólar estadounidense, destacando el compromiso de los dos países de reducir su dependencia del sistema económico liderado por Washington.
Además de disminuir la dependencia de la moneda global dominada por Occidente, estos esfuerzos de "desdolarización" permiten a Moscú y Beijing evitar las innumerables sanciones que ahora impiden a Rusia hacer negocios en el mercado internacional.
Las sanciones occidentales ayudaron a generar un auge en el comercio entre ambos países desde 2022, aumentando un 26 por ciento a 240 mil millones de dólares este año. China también se convirtió en el principal importador mundial de petróleo ruso.
En este contexto, la desdolarización no es el único plan que Rusia está desplegando para evitar sanciones aplastantes. La semana pasada funcionarios euroasiáticos anunciaron en una reunión de las Naciones Unidas el gasto de miles de millones de dólares para eludir las sanciones occidentales mediante el desarrollo de nuevas rutas comerciales en Asia.
Tal estrategia incluyó dos nuevos corredores de transporte: uno que uniría Rusia con Kirguistán a través del mar Caspio y otro extendido desde Bielorrusia hasta Pakistán.
Los esfuerzos se basan en planes anteriores para redirigir el comercio, incluido el Corredor Norte-Sur, una ruta ferroviaria concebida por primera vez en 2000 que conectaría Rusia con el océano Índico a través de Irán.
Después de años de retrasos, Moscú prestó a Teherán mil 300 millones de euros el año pasado para construir su tramo de la ruta Norte-Sur. El enviado presidencial de Rusia para cuestiones medioambientales Sergei Ivanov, afirmó que el corredor le da a la Federación acceso total al Golfo Pérsico y que "ninguna sanción lo afectará".
En este punto, las rutas recientemente anunciadas también permitirían a Moscú eludir las sanciones y acceder a los mercados asiáticos.
Rusia e Irán también aumentaron su capacidad para realizar transacciones al vincular sistemas bancarios, ya que ambos enfrentan sanciones que limitan su capacidad para realizar operaciones comerciales con Occidente.
Estados Unidos y los países europeos sancionaron a Rusia desde el inicio del conflicto con Ucrania en 2022, lo que obstaculizó particularmente la capacidad del Kremlin para exportar petróleo a Occidente y venderlo a precios de mercado competitivos.
Si Rusia transporta mercancías a través de corredores terrestres que están fuera de la jurisdicción de los países sancionadores, a las potencias occidentales les resultará mucho más difícil interceptarlas.
Sin embargo, las sanciones a Irán, incluidas las de máxima presión impuestas durante la administración de Donald Trump, desempeñaron un papel importante en la desaceleración del desarrollo de la ruta Norte-Sur.
Rusia ahora está prestando dinero para la construcción a Irán y se espera que gaste aproximadamente tres mil 500 millones de dólares en el proyecto para 2030, según el viceprimer ministro, Marat Khusnullin.
La presión estadounidense también complicó el acercamiento económico de Rusia a China; y en este sentido, Washington intenta presionar al gigante asiático por sus alianzas comerciales y bilaterales con Moscú y eso fue uno de los temas planteados por el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, en su visita a Beijing esta semana.
A medida que China se involucre más económicamente con países sancionados por la Casa Blanca como Irán o Rusia, aumentará el riesgo de convertirse en el objetivo de sanciones europeas y estadounidenses.
Sin embargo, este accionar de Washington pudiera tener un efecto boomerang en sus operaciones comerciales con China.