Los habitantes de Gaza recorren las ruinas en busca de agua
La red de distribución de agua apenas funciona después de más de nueve meses de guerra que ha devastado la infraestructura de Gaza.
El agua ya era escasa en la Franja de Gaza antes de que estallara el conflicto en octubre, y la mayor parte no era potable.
Los 2,4 millones de habitantes palestinos dependen de un acuífero cada vez más contaminado y agotado, según las organizaciones humanitarias.
Para conseguir que su familia obtenga el agua que necesita para beber, bañarse y lavar la ropa, el palestino Ahmed al-Shanbari se prepara para una larga búsqueda por el norte de la Franja de Gaza.
Shanbari explicó a la agencia AFP que la mayoría de los pozos cerca de su refugio improvisado en el campo de refugiados de Jabalia han sido destruidos.
La red de distribución de agua apenas funciona después de más de nueve meses de guerra que ha devastado la infraestructura de Gaza.
Para recoger lo poco que queda del fétido suministro, Shanbari puede tardar cuatro horas bajo un calor sofocante.
Se pone en camino con sus tres hijos, baldes en mano, abriéndose paso entre montones de escombros y basura en busca de un grifo que funcione o una manguera de una agencia de ayuda conectada a un camión de agua.
"Estamos sufriendo mucho para conseguir agua", comentó.
Shanbari agrega que la situación empeoró desde que estallaron fuertes combates en Jabalia en mayo entre el ejército israelí y Hamas.
"Después de la última incursión no queda ni un solo pozo", afirmó.
La oficina humanitaria de la ONU indicó que más del 97 por ciento del agua en el enclave no era potable antes del comienzo de la agresión israelí.
Muchos grupos de ayuda describieron la situación en Gaza como "catastrófica".
Los palestinos de Gaza contaron a los periodistas de la AFP la intensa sed que están sufriendo que los lleva al delirio, sus sueños de una taza de té y la humillación de no poder lavarse.
Para la familia Shanbari, el agua es tan preciosa que intentan no derramar ni una sola gota después de encontrarla.
Desde los bidones que traen a casa, transfieren cuidadosamente el agua a palanganas para limpiar platos y jarras para bañarse.
Los padres dicen que están "agotados" por la lucha constante para conseguir lo más necesario y que sus hijos están enfermos.
"Todos mis hijos han enfermado, sufren de insuficiencia renal, ictericia, picores y tos", dijo Shanbari. "No sé qué decirles y ni siquiera hay medicamentos disponibles en el norte".
No muy lejos de la casa de los Shanbari, enormes charcos de aguas residuales, a veces tan grandes como estanques, cubren las carreteras.
Incluso si pudiera localizar un pozo con agua, Shanbari argumeta que no hay combustible en el norte para hacer funcionar las bombas necesarias para extraerlo.
También se informó que las plantas de tratamiento de aguas residuales están cerrando debido a la falta de combustible y los combates.
Un experto en infraestructura hídrica en la Franja de Gaza describió el sistema de distribución de agua del territorio como prácticamente inoperante.
Solo un alto al fuego podría permitir que volviera a funcionar, dijo, dada la necesidad de piezas de repuesto y expertos para acceder a las estaciones y pozos.
El ejército israelí afirmó el domingo que había puntos de recogida de agua accesibles en la zona humanitaria de Al-Mawasi, a donde había ordenado trasladar a cientos de miles de palestinos.
Pero la gente tiene miedo de ir allí después de que los ataques israelíes en Al-Mawasi mataron al menos a 92 personas e hirieron a 300 el 13 de julio, según el Ministerio de Salud del territorio.
La campaña militar de "Israel" contra la Franja de Gaza mató a más de 39 mil palestinos, en su mayoría civiles, de acuerdo con datos oficiales.