“Israel” arrecia la guerra y nadie sabe el objetivo final de Netanyahu
Poner fin a la guerra de Gaza y Líbano no es una opción para los socios políticos del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en la coalición porque todos quieren llegar hasta el final y prefieren continuar la guerra.
Cuando “Israel” mató al jefe del Buró Político del movimiento de resistencia palestino Hamas, Yahya Sinwar en Gaza la semana pasada, muchos dentro y fuera de la entidad sionista esperaron el momento en que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, declarara una victoria y redujera la operación en Gaza para asegurar un alto el fuego y la liberación de los rehenes.
De acuerdo con un amplio articulo difundido en CNN, una semana después de la muerte de Sinwar las esperanzas fueron equivocadas.
#Video | Familias se desplazan por la fuerza bajo bombardeos y disparos en el norte de Gaza, donde la ocupación israelí vuelve a desatar su maquinaria asesina desde hace más de dos semanas.#Gaza #GenocidioEnGaza #IsraelGenocida @UNRWAes pic.twitter.com/rtqyaYxQ2b
— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) October 23, 2024
Los aliados internacionales de “Israel”, así como muchos dentro del régimen, presionaron a Netanyahu para detener el conflicto y señalaron la caída en combate de Sinwar como un éxito militar, al igual que la muerte del líder de la Resistencia de Líbano (Hizbullah), Sayyed Hassan Nasrallah.
Pero Netanyahu prometió seguir en la guerra y dejó al mundo adivinar cuál podría ser su objetivo final.
Sus ambiciones podrían ir mucho más allá de aplastar a Hamas y Hizbullah. Para Netanyahu, el asesinato de Nasrallah era un paso necesario para cambiar el equilibrio de poder en la región en los años venideros, lo cual suscita dudas sobre su voluntad de sumergir a “Israel” en una confrontación directa con Irán.
Tras el ataque masivo de Irán contra “Israel” el 1 de octubre, Netanyahu prometió de manera inmediata represalias, pero tres semanas después el mundo espera su decisión.
Por su parte, Estados Unidos y otros aliados instaron a Netanyahu a actuar con moderación y evitar atacar los activos nucleares y petrolíferos de Irán, pero no está claro si lo consiguieron.
Según CNN, el ejército israelí abandonó en dos ocasiones varias zonas de Gaza bajo el supuesto de haber aplastado a Hamás.
No obstante, a principios de este mes, el mando castrense ordenó entrar en la zona tras observar “indicios” del resurgimiento de Hamas y el norte de Gaza volvió a ser ahora uno de los epicentros de la guerra.
Del mismo modo, semanas después de la operación israelí en Líbano, Hizbullah continuó los ataques. El lunes, un dron consiguió burlar las defensas antiaéreas israelíes y alcanzar la casa de playa de Netanyahu en la ciudad costera de Cesarea, a unos 80 kilómetros de la frontera con el país de los cedros.
La reticencia de Netanyahu a llegar a un acuerdo de alto el fuego enfureció a muchos en “Israel” e hizo retornar las protestas masivas semanales contra él y su gobierno, para exigir un acuerdo para liberar a los 101 prisioneros restantes en Gaza.
Para el exasesor y portavoz de Netanyahu y analista político, Aviv Bushinsky, la suerte de los rehenes es crucial para el futuro legado del premier.
Si la guerra termina sin la liberación o rescate de los prisioneros o cadáveres, es posible que algunas personas empiecen a cuestionar la decisión de matar a Sinwar.
Bushinsky expresó su temor de que la gente señale como un error la eliminación del único individuo con quien podía negociarse el asunto.
Conforme a CNN, Netanyahu está en un juego complicado e intenta equilibrar las exigencias contradictorias de los muchos aliados que no puede permitirse perder.
El gobierno cuenta con el apoyo de figuras de extrema derecha como el ministro de Seguridad, Itamar Ben-Gvir, y el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, quienes no ocultan el deseo de ocupar Gaza e incluso sugieren construir asentamientos allí.
Los índices de aprobación de Netanyahu mejoraron en el último año, pero no lo suficiente como para convocar nuevas elecciones y ganarlas. Por tanto, está atascado.
De acuerdo con el politólogo de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Gayil Talshir, poner fin a la guerra de Gaza y Líbano no es una opción para los socios políticos de Netanyahu en la coalición porque todos quieren llegar hasta el final y prefieren continuar la guerra.
Según Talshir, un gobierno de unidad nacional más amplio no es una opción para Netanyahu, ya que probablemente implicaría una investigación pública, encabezada por un juez, sobre los fallos que condujeron a los atentados del 7 de octubre.
Además, Netanyahu sigue procesado por varios cargos de fraude, abuso de confianza y soborno. Están previstas sus declaraciones en diciembre, y será el primer ministro israelí en ejercicio en comparecer ante un tribunal como acusado.
Previo a los atentados del 7 de octubre, Netanyahu y su gobierno intentaron aprobar una controvertida reforma judicial la cual les daría mucho más poder sobre los tribunales e influir en su propio juicio.
Un gobierno de unidad nacional no lo permitiría, señaló Talshir.
A criterio de CNN, Netanyahu debe tener en cuenta las exigencias de Estados Unidos. El gobierno de Biden dejó claro la necesidad de trabajar para alcanzar un acuerdo y poner fin a la guerra.
Pero el primer ministro de la ocupación parece haberse vuelto cada vez más inmune a las presiones de Estados Unidos.
Con las elecciones estadounidenses en el filo de la navaja, Biden tiene que calibrar de manera cuidadosa su enfoque sobre “Israel” para no perjudicar las posibilidades de victoria de la vicepresidenta Kamala Harris.
El mandatario tiene que ser visto como alguien que adopta una postura dura ante la terrible situación humanitaria en Gaza para evitar que los árabe-americanos y los progresistas abandonen su partido por la guerra israelí.
Pero también debe mantener el apoyo a “Israel” para no enfadar a los votantes moderados y judíos defensores del Estado ocupante pase lo que pase.
De acuerdo con Talshir, independientemente de quién gane, el gobierno de Biden puede ejercer mucha más presión sobre “Israel” para poner fin a la guerra en los dos meses que median entre las elecciones y la toma de posesión del nuevo presidente estadounidense.
Netanyahu sabe que no hay mayor panorama de victoria. La cuestión está en si quiere esperar a la elección de Donald Trump y conseguir algún tipo de gran alianza de defensa entre Estados Unidos, Arabia Saudita e “Israel”, lo cual sería desde su perspectiva lo más probable, apuntó Talshir, porque alcanzar tal acuerdo daría a Netanyahu un enorme impulso político en casa.
Para Netanyahu establecer un legado como el primer ministro de que salvó a la entidad sionista es el sueño, dijo Bushinsky, quien añadió que, si lo consiguiera, podría incluso plantearse dimitir.
En su opinión, si Netanyahu es capaz de acabar como un gran héroe para Estado de “Israel”, diría a sí mismo, basta ya.
Su misión sería llegar a algún tipo de acuerdo con la fiscalía para no ir a prisión y poder ir al extranjero a dar conferencias como el que derrotó al terror, y si no tiene antecedentes penales tendrá la posibilidad de sentarse en todo tipo de consejos asesores y ganar mucho dinero, concluyó el experto.