Los discursos de Trump son caóticos, divagantes y en extremo eficaces
El estilo de mitin de Trump, tan denostado, es un truco, pero ello no implica un deterioro cognitivo como desorientación, pérdida del hilo del pensamiento o dificultades físicas. Su modo desestructurado no es prueba de ello, explicó el columnista Yves Smith a partir del estudio del filósofo griego Aristóteles sobre la ciencia de la narración .
Dada la avanzada edad de Donald Trump y la eventual confirmación de la supuesta decrepitud de Joe Biden, los medios de comunicación y los oponentes del magnate señalaron signos de deterioro cognitivo del recién electo presidente de Estados Unidos.
Pero de acuerdo con el columnista Yves Smith, en su reporte difundido en el sitio web Naked capitalism, el filósofo griego Aristóteles puede explicar por qué.
Un aspecto en el cual insistieron fue en sus discursos extemporáneos y poco estructurados en sus mítines.
Un análisis detenido de la presentación de Trump en un mitin de 2016 en Bangor, comparó esa actuación con un mitin de 2024 en Las Vegas y concluyó que la agudeza mental de Trump es la misma, las técnicas, el humor y la textura de su lenguaje son los mismos a pesar de los años transcurridos.
El estilo de mitin de Trump, tan denostado, es un truco, pero ello no implica un deterioro cognitivo como desorientación, pérdida del hilo del pensamiento o dificultades físicas. Su modo desestructurado no es prueba de ello, explicó.
Durante los últimos ciclos noticiosos aumentó una persistente y creciente narrativa de que las apariciones de Trump son indisciplinadas, serpenteantes y perjudiciales para sus posibilidades en las elecciones.
Los críticos del magnate lo calificaron de narcisista e impulsivo, de no tener una estrategia coherente o un plan más amplio detrás de su retórica.
De hecho, en muchos medios de comunicación esta opinión fue omnipresente e incuestionable.
Sin embargo, con la mitad del electorado estadounidense de su lado, está claro que el caótico estilo de hablar de Trump no fue una barrera para el éxito.
A juicio de Smith, explicar el atractivo de Trump requiere un tipo diferente de herramienta para analizar los mensajes políticos. Y es aquí donde es posible recurrir al antiguo filósofo griego Aristóteles, quien inventó la ciencia de la narración y ofreció las herramientas necesarias para entender el éxito retórico de Trump.
Como estudioso de los clásicos, Smith descifró el código de la seminal teoría narrativa del muthos de Aristóteles en su Poética, escrita en el siglo IV a.C.
El muthos es un marco teórico atemporal capaz de revelar el funcionamiento interno de cualquier narrativa, incluso la de Donald Trump.
Según Aristóteles, toda historia o narración contiene dos tipos de acontecimientos: muthos y episodios.
El muthos es un grupo pequeño y limitado de acontecimientos conectados por causa y efecto (un rayo cayó sobre el árbol, luego el árbol se incendió).
En estos sucesos, es necesario o probable que cada uno de ellos cause el siguiente, constituyen el núcleo de la historia y son cruciales para su impacto emocional.
Cada acontecimiento del muthos conduce directamente al siguiente, ninguno de ellos puede cambiarse, eliminarse o reordenarse sin alterar la esencia de la propia historia.
Los episodios son los demás acontecimientos de la narración vagamente conectados por causa y efecto (un rayo cayó sobre el árbol, luego empezó a llover). Son sucesos relacionados, casuales o tangenciales, los cuales no tienen por qué ocurrir como efecto directo de la acción principal.
Aunque no son tan fundamentales para la historia principal y su atractivo emocional, los episodios no son en absoluto menos importantes o interesantes. De hecho, como no son derivados de acontecimientos anteriores ni causan de manera directa los siguientes, suelen ser la parte más sensacionalista y visible de la historia.
Tanto los muthos como los acontecimientos episódicos son cruciales para construir una narración con el máximo impacto. Pero las narraciones no están limitadas en absoluto al ámbito de la ficción.
La narrativa de Trump: Los episodios alimentan los muthos
Para el experto, la propia campaña presidencial puede verse como una historia, con acontecimientos muthos y episodios desarrollados en los medios de comunicación.
La candidatura de Trump fue criticada a menudo por su caos y dramatismo, con una serie interminable de distracciones sensacionalistas o de suspense: mentiras descaradas, promesas de campaña incendiarias y casos judiciales, por nombrar sólo algunos.
Sin embargo, para sus partidarios, estos acontecimientos no son la verdadera historia de la candidatura de Trump, son sólo los episodios. Bajo todo el escabroso drama, Trump mantiene cuidadosamente un muthos muy coherente: es un outsider que desafía a un establishment corrupto.
La historia de Trump puede resumirse así. Estados Unidos está gobernado por corruptos (demócratas y afines) quienes atacan a un outsider (Trump).
Al desafiar a los de dentro, el de fuera demuestra no ser corrompido.
Para desafiar y derrotar a los de dentro, primero tienen que atacarle, y Trump provoca de forma deliberada esos ataques. Gran parte de su comportamiento errático e impredecible sirve exactamente a este propósito.
Puede ser algo tan serio como negarse a admitir que perdió en 2020, tan ofensivo como insistir en que los inmigrantes haitianos tienen apetito por los gatos de Ohio, o tan mundano como exagerar el tamaño de sus multitudes. Esos son episodios.
Sus reacciones a los ataques provocados forman su muthos: aunque su comportamiento parece errático, Trump nunca cambia de conducta, no altera el rumbo ni se disculpa ante los ataques del establishment o las críticas a sus propios ataques.
Ello convence a sus seguidores de que no puede ser manipulado corruptamente ni presionado para que actúe como quieren los de dentro.
Las acciones y declaraciones desafiantes de Trump son los acontecimientos de su narrativa, los cuales hacen necesario o probable que sus seguidores le crean como un outsider antisistema. Son las partes muthos sentadas en el corazón de su historia.