Lula propone "una alianza contra el hambre" en cumbre del G20
El presidente brasileño , como anfitrión del evento, resaltó que la alianza unirá recomendaciones internacionales, políticas públicas eficaces y fuentes de financiación y puso a Brasil como ejemplo de que es posible luchar contra el hambre.
El mandatario brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, anfitrión de la cumbre del G20 en Río de Janeiro, presentó uno de los principales objetivos de la presidencia brasileña del grupo, la creación de una Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, a la que, de acuerdo con el presidente, de momento se han sumado 81 países.
"Será nuestro mayor legado. No se trata solo de hacer justicia, [la lucha contra el hambre] es una condición imprescindible para conquistar sociedades más prósperas y un mundo de paz", subrayó en su discurso de apertura de la cumbre del G20, cuando presentó oficialmente la alianza.
En la lista de los integrantes, divulgada por el Gobierno brasileño, constan 82 países, 26 organizaciones internacionales, nueve instituciones financieras y 31 fundaciones filantrópicas y organizaciones no gubernamentales (ONG). La Unión Europea, la Unión Africana, EEUU, Rusia y Ucrania, entre otros, forman parte del organismo nuevo.
"Los que siempre fueron invisibles estarán en el centro de la agenda internacional (…) mis agradecimientos a todos los involucrados en la concepción y en el funcionamiento de esta iniciativa que ya anunciaron contribuciones financieras", señaló el presidente brasileño.
Lula resaltó que la alianza unirá recomendaciones internacionales, políticas públicas eficaces y fuentes de financiación y puso a Brasil como ejemplo de que es posible luchar contra el hambre. El líder del Partido de los Trabajadores (PT) citó programas sociales como el Bolsa Familia, que hace 20 años consiguió retirar a millones de brasileños del hambre.
El presidente brasileño recordó que las políticas públicas de su gobierno consiguieron sacar al país del Mapa del Hambre de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en 2014, pero lamentó que volviera en 2022, "en un contexto de desarticulación del Estado de bienestar social", en velada referencia a los años de Gobierno del expresidente Jair Bolsonaro (2019-2022).
"Al volver al Gobierno [en 2023] encontré, con tristeza, un país con 33 millones de personas hambrientas. En un año y 11 meses, el retorno de esos programas ya retiró más de 24,5 millones de personas de la extrema pobreza, y de aquí a 2026 saldremos de nuevo", explicó.
Lula recordó que, de acuerdo con la FAO, en 2024 hay en el mundo 733 millones de personas desnutridas.
"En un mundo que produce casi 6 mil millones de toneladas de alimentos por año, eso es inadmisible; en un mundo cuyos gastos militares llegan a 2,4 trillones de dólares, eso es inaceptable", agregó el mandatario.
El presidente brasileño remarcó que el hambre y la pobreza no son resultado de la escasez o de fenómenos naturales, sino que son producto "de decisiones políticas que perpetúan la exclusión de buena parte de la humanidad".
Lula recordó que estuvo en la primera reunión de líderes del G20, celebrada en Washington en el contexto de la crisis financiera de 2008, y afirmó que 16 años después constató con tristeza que "el mundo está peor".
"Tenemos el mayor número de conflictos armados desde la Segunda Guerra Mundial y la mayor cantidad de desplazamientos forzados ya registrada. Los fenómenos climáticos extremos muestran sus efectos devastadores en todos los rincones del planeta y las desigualdades sociales, raciales y de género se agravan tras una pandemia [COVID-19] que acabó con más de 15 millones de vidas", lamentó Lula.
Asimismo, el mandatario subrayó que el principal símbolo de esta "tragedia colectiva" es el hambre, que según la FAO afecta a 733 millones de personas en el mundo, lo que equivale a la población de Brasil, México, Alemania, el Reino Unido, Sudáfrica y Canadá juntas.
Lula finalizó su discurso en tono positivo, confiando en que la nueva alianza sea decisiva y pidió que la cumbre de Río de Janeiro esté marcada por la valentía de actuar.
En la cumbre del G20 de Río de Janeiro participan los líderes de las 19 mayores economías del mundo, además de la Unión Europea, la Unión Africana y diversas organizaciones internacionales invitadas por Brasil.
La alianza está abierta a nuevas adhesiones y en principio se espera que empiece a funcionar en 2025, aunando financiación con un paquete de políticas públicas de eficacia comprobada en países en vías de desarrollo.
Argentina finalmente se suma a la alianza nueva
Argentina finalmente se sumará a la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, que es la principal iniciativa brasileña en la cumbre anual del G20, a pesar de que en un primer momento el país no figuraba en la lista de los firmantes.
En un comunicado divulgado la tarde del primer día de la XIX Cumbre del G20, el Gobierno brasileño presentó una lista con 82 países ordenados alfabéticamente, en la que Argentina figura por detrás de Alemania, Angola, Antigua y Barbuda, África del Sur y Arabia Saudita.
No obstante, pocas horas antes, en el discurso de presentación oficial de la iniciativa, el presidente Luiz Inacio Lula da Silva habló de 81 países, y posteriormente, el Ministerio de Desarrollo Social del Gobierno divulgó una lista de esas naciones en la que no constaba Argentina.
Argentina y Brasil viven una tensa relación diplomática desde la llegada de Milei al poder, quien a pesar de llevar casi un año en la presidencia y de la importancia de Brasil en la región se ha visto por primera vez con Lula este 18 de octubre al llegar a la cumbre.
Recientemente, el presidente argentino, Javier Milei, ordenó la retirada de la delegación argentina de la COP-29 que se celebra en Bakú (Azerbaiyán) y los diplomáticos brasileños temen que Argentina sea el principal obstáculo para que el G20 llegue a una declaración de consenso al final de la cumbre.
Durante el 18 y el 19 de noviembre, los líderes de los países más ricos del mundo debatirán en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro básicamente sobre tres temas: la lucha contra el hambre, la reforma del sistema de gobernanza global y el combate al cambio climático y la transición energética.