Al menos 304 civiles en la zona fronteriza de la región rusa de Kursk perdieron la vida a manos de militares ucranianos, mientras el paradero de otros 576 aún se desconoce, reportó el gobernador interino de la región, Alexandr Jinshtéin.

Recientemente, el funcionario sostuvo una reunión  sobre cuestiones relacionadas con la desaparición de los residentes de la región de Kursk tras la incursión armada de las tropas ucranianas el 6 de agosto de 2024.
 
"Por desgracia, a medida que liberamos nuestras localidades, los militares y los investigadores están hallando evidencias de crímenes bárbaros de las Fuerzas Armadas de Ucrania. Hoy, se ha confirmado el hecho de la muerte de 304 civiles", escribió Jinshtéin en su canal de Telegram.

La mayoría de los muertos ya han sido identificados, agregó el gobernador interino.

"Lamentablemente, el paradero de otras 576 personas aún se desconoce; los trabajos para localizarlos continúan incansablemente. Entre ellos hay cuatro menores de edad", prosiguió.

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Hasta la fecha, las autoridades lograron localizar a mil 290 civiles de la región que se daban por desaparecidos. Además, han determinado la ubicación aproximada de otros 421 residentes.

Rusia continúa desde el 24 de febrero de 2022 una operación militar especial en Ucrania, cuyos objetivos, según el presidente Vladímir Putin, son proteger a la población de "un genocidio por parte del régimen de Kiev" y atajar los riesgos de seguridad nacional que representa el avance de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hacia el este.

El 6 de agosto de 2024, las tropas ucranianas iniciaron una incursión armada en la región de Kursk, lo que provocó el desplazamiento de más de 100 mil civiles, en una situación de emergencia a nivel federal.

La liberación total de esta región fue confirmada el pasado 26 de abril por el jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Rusia, Valeri Guerásimov.

Según sus datos, el Ejército ucraniano perdió a unos 76 mil  militares entre muertos y heridos en esta región rusa.