Las hormigas solidarias
El proyecto Hormigas Solidarias, del que tanto oímos hablar últimamente, ha pisado, pisa y pisará cada día más fuerte.
Nacieron en plena pandemia de la covid-19 para ayudar a Cuba, cuando esta más precisaba de la solidaridad que ella tanto ha concedido a los pueblos del mundo, mientras sufría, además del bloqueo, las crueles 243 medidas que la administración Trump le había impuesto y que permanecen.
Estamos hablando de un pueblo –el cubano– al que le fue negado hasta el oxígeno en momentos de la pandemia, por parte de “potencias exteriores”.
Ante esta difícil situación que estaba viviendo el país, que aun así desarrolló dos vacunas y tres candidatos vacunales contra la pandemia e inmunizó a toda su población, las Hormigas Solidarias, compuestas por personas dignas, fueron una respuesta a este difícil momento.
Nacieron como parte del Proyecto Martiano desarrollado por la Asociación La Avellaneda , en el sur de España (Málaga), y la Asociación 100x100 Cubano, en el norte del país. (Principado de Asturias).
Es esto, en palabra de una de sus fundadoras, Bárbara Marín, “una alternativa para romper el bloqueo con el corazón, llevando material donado en el equipaje de cada persona solidaria que visitaba Cuba, y así fuimos creciendo hasta que surgieron las primeras brigadas”.
“Actualmente estamos en las tres toneladas de medicamentos donados. Junto a la leche para los Institutos de Nefrología, Oncología y Hematología”, añade Bárbara.
El pasado lunes 31 de julio, el proyecto también comenzó a colaborar con el Hogar de Ancianos General Peraza, en el Municipio 10 de Octubre, de La Habana, con una donación procedente de Bilbao y Asturias, gracias a amigos solidarios que viajaron a la Isla.
El Doctor Carlos Vázquez fue el encargado de recoger el aporte para los niños de Oncopediatría y la Doctora María del Carmen Marín recibió el resto del material sanitario para el Hogar de Ancianos, que llegaba desde España.
Las Hormigas Solidarias han contado desde el primer momento con el apoyo y compromiso de la solidaridad de muchos amigos de Cuba en España, y de partidos políticos: PCA, PCTE, Izquierda Unida, y el sindicato Comisiones Obreras de Asturias.
Mireya Gallego, de la asociación La Avellaneda de Málaga, es otra de las fundadoras de este proyecto, y enfatiza en cómo cada persona puede aportar al pueblo cubano llevando en su equipaje insumos médicos que la Isla necesita y que no puede adquirir porque el bloqueo norteamericano lo impide.
Esta política estadounidense afecta a la salud de todos y cada uno de los ciudadanos cubanos, que no pueden acceder libremente a tratamientos, medicación ni asistencia médica, como en cualquier otro lugar del mundo.
Ser “hormiga solidaria” es aportar cada uno un granito de arena. Hacer cada persona algo. Ser humanitario. Aunque se piense que es poco. Pero sumadas todas esas acciones de diferentes personas, en diferentes lugares y en diferentes países, dan fruto. Y se salvan vidas. Y se avanza poco a poco, mientras los que quieren ver a Cuba y a su política humanista hundirse no les queda otra que asimilar que la solidaridad es la ternura de los pueblos.
Y que pase lo que pase, Cuba va. Porque es querida. Porque ha dado amor. Porque siembra. Y recoge. Porque Cuba es mucho más que cuatro letras y es mucho más que una Isla.