Documento secreto de Perú reconoce uso de armas letales en Ayacucho
Durante las protestas populares de diciembre, la brutalidad policial costó la vida de al menos una docena de personas, no todas manifestantes.
El ejército de Perú reconoció, en un informe clasificado como secreto, su falta de preparación para controlar las protestas populares en Ayacucho en diciembre de 2022, según reveló este viernes el sitio web La Encerrona.
De acuerdo con una exclusiva de ese medio de comunicación peruano, los militares admitieron la "necesidad" de usar armas no letales "para salvaguardar la vida de la población" durante las protestas de Ayacucho contra la vicepresidenta, Dina Boluarte, quien ocupó la jefatura de gobierno ante la salida de Pedro Castillo.
#EXCLUSIVO Ejército reconoce que no estaba preparado para controlar protestas en Ayacucho.
— La Encerrona (@laencerronaperu) August 11, 2023
En documentos secretos, militares admiten que debieron usar armas no letales "para salvaguardar la vida de la población". En cambio, les dieron 200 fusiles de guerra.
Abrimos hilo🧵 pic.twitter.com/lg5a0Jq2Eo
Sin embargo, les dieron 200 fusiles de guerra, según los reportes de la 2da Brigada de Infantería Wari, desplegada en Ayacucho para controlar las protestas.
El medio denunció la negativa del Ejército peruano, desde hace meses, a entregar estos documentos a la Fiscalía y a periodistas, los cuales los pedían usando la Ley de Transparencia.
#EXCLUSIVO Ejército reconoce que no estaba preparado para controlar protestas en Ayacucho.
— La Encerrona (@laencerronaperu) August 11, 2023
En documentos secretos, militares admiten que debieron usar armas no letales "para salvaguardar la vida de la población". En cambio, les dieron 200 fusiles de guerra.
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La información revelada muestra, en cerca de 500 páginas, como los mandos militares reclamaron por la falta de preparacion del Ejército para controlar las protestas ocurridas entre el 15 y 16 de diciembre, en las cuales 10 ciudadanos murieron en Ayacucho, por impacto de armas de fuego .
Algunos de los fallecidos ni siquiera estaban entre los protestantes, admitió el informe. El informe cita al teniente coronel Carlos Núñez, quien estuvo a cargo de una patrulla en Ayacucho, y relata como al no tener equipo antimotines, se vieron obligados a salir con fusiles no diseñados para hacer frente de manera eficiente a las protestas.
De acuerdo a La Encerrona, el reporte también revela la ausencia de un adecuado sistema de comunicación, el cual hubiera permitido controlar el uso de la fuerza de los soldados. Esto los hizo usar sus celulares personales, pero no funcionaron en el aeropuerto porque cerca hay un penal con sistema de bloqueo.
Según este oficial, ambos factores ocasionaron la necesidad de cada militar en Ayacucho, de decidir de manera individual cómo usar gradualmente la fuerza.
Más adelante citan los testimonios de oficiales y soldados de los desplegados el 15 de diciembre, más de 250 soldados se desplegaron en Ayacucho, portando la misma cantidad de fusiles de guerra y más de 16.000 cartuchos de calibre 5.56 milímetros.
Según La Encerrona, la cantidad exacta de balas usadas en esa fecha, no se ha determinado porque varias patrullas no las reportaron, a pesar de reconocer se hicieron disparos al aire. Solo ocho de dichas patrullas reportaron el uso de por lo menos 800 municiones de calibre 5.56mm.
Por el momento, dos personas son investigadas por la matanza de Ayacucho: el Comandante General de la 2da brigada de Infantería Militar de Ayacucho, Jesús Vera Ipenza, y el jefe de la Macro Región Policial de Ayacucho, Ántero Mejía Escajadillo.