Una Europa engañada no puede ver el fin de su tiempo
Así opinó el exembajador de Francia en los Estados Unidos, Gerard Orr, en un artículo publicado en el periódico británico Telegraph, convencido del ocaso del verdadero poder europeo.
-
"La Europa engañada no puede ver que se acabó"
El exembajador de Francia en los Estados Unidos Gerard Orr consideró que el futuro de la humanidad se decidirá en otro lugar y alertó sobre la situación actual en Europa.
Mediante un artículo publicado en el periódico británico Telegraph, el diplomático consideró que Europa está todavía convencida de su centralidad, no solo en la historia de la humanidad, sino en la configuración del mundo de hoy, y engañada con esa idea, no puede ver su fin.
"Los europeos nos consideramos nobles, fuertes y bien intencionados", añadió, para quien el período del verdadero poder del viejo continente fue "un vistazo" en la historia, entre 1815 y 1945, y luego sólo respaldaron las decisiones de Estados Unidos.
Según recordó, el Producto Interno Bruto (PIB) estimable en la India hasta 1650 era superior al de cualquier país de Europa, y también lo era el de China hasta 1750.
En Nueva Delhi y Beijing, los europeos fueron vistos como "nuevas empresas" durante su tiempo de dominio, pero el reequilibrio económico en curso en las últimas décadas entre Europa y Asia marca la tendencia, a largo plazo, del "retorno a la norma histórica", puntualizó el estudioso.
De acuerdo con su experiencia, para Estados Unidos el crecimiento potencial y los desafíos claves están en Asia, por lo cual tiene sentido el interés por ese continente.
Para Washington, Rusia es una potencia regional y una molestia, pero no es el centro de su atención. Por ello procurará poner fin a la guerra en Ucrania lo antes posible para enfrentar "su verdadera amenaza: China", opinó el exembajador.
En ese contexto, ¿serán capaces los europeos de demostrar su importancia y no quedar sólo como un destino turístico marginal?, cuestionó Orr.
En su respuesta compartió una duda: como francés ve a su país perder fuerza política en paralelo con su declive poblacional, lo cual le lleva a creer con firmeza en el peso de la demografía en el destino nacional.
Europa enfrenta a una situación sin precedentes, alertó el texto. Hoy vive con la expectativa de ver disminuida su población total en un cinco por ciento hasta 2050, y en un 17 por ciento en la franja etárea de 25 a 64 años, argumentó.
De hecho, la edad media en el viejo continente es de 42 años, mientras en Estados Unidos es de 38, según las estadísticas consultadas para su redacción.
A su juicio, todo esto conducirá a una menor demanda de productos y servicios, y por lo tanto a menos crecimiento y "sociedades menos dinámicas".
Según su lógica macroeconómica, el modelo europeo responde a un compromiso incómodo entre el estado del bienestar y la realidad económica, y tener menos consumidores amenazará esa dinámica.
Asimismo, alertó sobre una duplicación con creces en las próximas décadas del número de ciudadanos mayores de 80 años, y ese envejecimiento significa un gasto cada vez mayor en salud y asistencia personal.
La crisis demográfica desgarrará las sociedades entre personas en edad de trabajar y jubilados, advirtió, porque estos últimos disfrutarán de un nivel de vida favorable, mientras los primeros a menudo no lo esperan alcanzar.
El exembajador francés subrayó como lo más agudo en ese contexto la resistencia de los europeos a la inmigración, aunque no exista otra alternativa para superar el reto, según insisten los expertos.
En su criterio, Europa no puede rechazar jóvenes de otros países mientras pierde a los suyos, "altamente educados", porque emigran a Estados Unidos (sobre todo) en busca de mejores oportunidades en el sector de la investigación, académico o privado.
Por todos esos argumentos, Gerard Orr ve el futuro de la humanidad en otro lugar, no en su continente, defiendió en su artículo publicado en Telegraph.