Afganos entrenados por la CIA enfrentan un dilema legal en EE.UU.
Los combatientes de las Unidades Cero recibieron permisos de trabajo en territorio estadounidense cuando salieron de su país en 2021, pero pronto expirarán y Washington no les resuelve su estatus migratorio.
Miles de afganos que lucharon bajo el mando de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) durante años y brindaron seguridad a los oficiales del Pentágono, enfrentan un dilema legal agotador en Estados Unidos.
Cuando el ejército estadounidense se retiró del país asiático en agosto de 2021, evacuó a entre 10 mil y 12 mil miembros de la Unidad de Ataque Nacional Afgana, una fuerza encubierta conocida como "Unidades Cero".
Pero sus permisos de trabajo de dos años en Estados Unidos expirarán en días o semanas, y los veteranos temen no poder mantener a sus familias.
Algunos, incluso, temen que el trabajo de años para la CIA perjudique sus posibilidades de obtener permisos de residencia en el país.
Un excomandante afgano de la fuerza de ataque, el general Mohammad Shah, escribió una carta advirtiendo a los legisladores sobre el estado de crisis urgente de sus tropas y pidió tomar medidas para resolver su situación.
Shah relató en su misiva sobre los casos de suicidio dentro de la comunidad, impulsados por el abrumador sentimiento de impotencia ante la ignorancia del gobierno de Estados Unidos a sus solicitudes de asistencia migratoria.
Nasir Andar, otro veterano de la fuerza, aseguró que sus camaradas luchan contra la depresión mientras el tiempo corre para sus permisos de trabajo.
Las Unidades Cero, entrenadas y supervisadas por la CIA, operaron bajo un velo de secreto durante la guerra, realizaron operaciones de combate y aseguraron puestos de inteligencia.
De acuerdo con NBC, los funcionarios estadounidenses no pueden reconocer explícitamente la conexión entre la agencia de inteligencia y la fuerza paramilitar, pues aún es clasificada.