La ONU informa sobre la situación de violencia en Haití
Asesinatos, secuestros, violación de derechos humanos y abusos sexuales contra mujeres y niñas, entre otros males, conforman el panorama, según detalla la OCHA.
Más de dos mil 400 personas fueron asesinadas entre enero y agosto de este año, y otras mil heridas, por la ola de violencia incontrolada en Haití, denunció este jueves la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).
De acuerdo con el balance del organismo, al menos 970 personas fueron víctimas de secuestro en el mismo período, y aumentaron las violaciones de los derechos humanos, el abuso, la violencia sexual y de género contra mujeres y niñas.
Solo en la última quincena de agosto, 71 personas murieron y varias resultaron lesionadas por acciones de los grupos armados en las ciudades de Canaán, Bel Air, Carrefour Feuilles, Savane Pistache y Solino, donde más de 10 mil huyeron de sus hogares.
Familias enteras, incluidos niños, fueron ejecutadas, y otras quemadas vivas, lo cual provocó un sufrimiento indescriptible en la población haitiana.
La situación humanitaria está muy deteriorada en la isla caribeña, y más de la mitad de la población necesita asistencia del exterior.
Asimismo, la violencia empujó a unas 200 mil personas a abandonar sus viviendas en los últimos dos años.
Las declaraciones de OCHA coinciden con los datos proporcionados por la Oficina Integrada de la ONU en Haití. Según sus estadísticas, sólo de abril a junio unas mil 860 personas fueron asesinadas, secuestradas o sufrieron heridas: un aumento del 14 por ciento en relación con el trimestre anterior.
Además, 13 oficiales fueron ultimados en acciones de las bandas, y al menos 467 supuestos integrantes de pandillas fallecieron: 238 por linchamientos populares, 119 en operaciones policiales, 96 en enfrentamientos con otros grupos armados, y siete por ejecuciones extrajudiciales de los comisarios de Gobierno de Le Cayes y Miragoâne.
Ese país lleva años sumido en una profunda crisis humanitaria, económica, política y de seguridad, agravada tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse.
A esta situación contribuye la falta de recursos para contrarrestar a las pandillas por las cuales atraviesan las fuerzas de seguridad.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó hace algunos meses un presupuesto calculado en nueve millones de dólares (8,3 millones de euros) para paliar la crisis humanitaria en la nación caribeña.