Recientes acontecimientos dañan las relaciones entre “Israel” y África
Medios de prensa de la ocupación analizan el lamentable encontronazo entre refugiados de Eritrea en “Tel Aviv” y la policía sionista.
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Tras los hechos, al menos 50 solicitantes de asilo eritreos serán llevados a juicio acusados de participar en el motín.
Los recientes acontecimientos en “Tel Aviv” entre la policía de la ocupación y un grupo de refugiados de Eritrea, dañarán profundamente las ya deterioradas relaciones entre “Israel”, esa nación y el resto del continente africano.
El pasado 2 de septiembre, unos 190 eritreos resultaron heridos durante enfrentamientos con la policía de ocupación.
De acuerdo con el periódico Time of Israel los disturbios estallaron durante las celebraciones de un evento oficial en sede de la embajada del país africano, para conmemorar el trigésimo aniversario del ascenso al poder del actual gobernante, Isaias Afwerki.
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Según el diario, opositores al régimen llegaron al lugar para manifestarse y las marchas rápidamente se convirtieron en eventos de violencia extrema.
La policía de la ocupación utilizó munición real para dispersar a los manifestantes, lo cual obligó a abrir una investigación al respecto.
En junio pasado llegaron a “Israel” unos 18 mil refugiados eritreos los cuales se asentaron en barrios pobres de “Tel Aviv”.
Tel Aviv sustituye las balas reales por la detención administrativa
Al comentar los hechos, el periódico Haaretz afirmó que la situación pudo evitarse y lamentó el nivel de violencia.
Los ataques contra los refugiados eritreos constituyeron una oportunidad favorable para la escalada de la actitud racista en los pasillos del gobierno de ocupación, agrega el rotativo.
Mientras, el primer ministro de la entidad ocupante, Benjamín Netanyahu, también expresó su preocupación por los disturbios. No obstante, en medio del caos, instruyó a la policía y a todos los servicios de seguridad enviar refuerzos para dispersar la manifestación.
Igualmente, pidió medidas severas contra los alborotadores, incluida la expulsión de quienes participaron.
A su juicio, la intensa infiltración ilegal desde África constituye una amenaza real para el futuro de “Israel” como Estado judío y democrático.
Por su parte, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, pidió el arresto de otros solicitantes de asilo, llevarlos ante los tribunales, ampliar su detención y luego deportarlos.
Tras los hechos, al menos 50 refugiados serán llevados a juicio y cancelarán los permisos de trabajo a quienes viven de manera ilegal en los territorios ocupado.
Los enfrentamientos revelan el rumbo de las relaciones bilaterales
Tel Aviv y Asmara mantienen relaciones diplomáticas oficiales desde hace tres décadas, cuando Isaias Afwerki asumió el cargo de presidente.
Los nexos evolucionaron hasta adquirir una dimensión de seguridad militar en febrero de 1996, cuando ambos estados firmaron un acuerdo de seguridad que incluía la cooperación de defensa y el desarrollo de una estrategia unificada para la región.
Esa decisión permitía a “Tel Aviv” intervenir en caso de una amenaza a sus intereses supremos, pero los nexos se deterioraron rápidamente después del estallido de la guerra entre Eritrea y Etiopía en 1997.
El último roce tuvo lugar el 3 de noviembre de 2019, cuando la nación africana acusó a la Agencia de Central de Inteligencia de Estados Unidos y al Mossad de planear derrocar al régimen de Afwerki y aseguraron tener pruebas.
Según la declaración, los servicios secretos israelíes contribuyeron a la demonización del gobierno de Eritrea, al hacer circular un informe de inteligencia que indicaba su participación en el contrabando de armas hacia la Franja de Gaza, a través de la frontera con Sudán.
Actualmente, ninguno de los dos estados tienen representantes diplomáticos en sus capitales.
Según agregó Haaretz, los recientes enfrentamientos revelan que la entidad ocupante se enfrenta a una verdadera crisis en sus planes de invadir el continente africano debido a su trato racista hacia los refugiados.
Cualquier solución u opción para resolver este problema, tendrá un impacto negativo en el curso de los vínculos oficiales y populares entre el gobierno sionista y África en general, consideró el periódico.