Reunión Biden-Netanyahu: cada vez más misión imposible
La visita del primer ministro de "Israel" a la Casa Blanca está llena de obstáculos, alimentados por sus propias acciones irracionales. Ni siquiera cuenta con pilotos dispuestos al "honor" de trasladarlo a América.
Las posibilidades de una reunión en la Casa Blanca entre el primer ministro de "Israel", Benjamín Netanyahu, y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, cada vez parecen más remotas.
Tal percepción fue compartida con los medios israelíes por funcionarios cercanos a la oficina del gobernante, quienes estimaron como probable marco del encuentro entre aliados la Asamblea General de las Naciones Unidas, a celebrarse en unas dos semanas en Nueva York.
De acuerdo con la reportera del Canal 13 israelí, Moorea Ashraf Wallberg, Netanyahu debía dirigirse a la Asamblea General el jueves 21 de septiembre, pero su discurso se pospuso para el viernes 22, por tanto su delegación también permanecerá en Nueva York durante el fin de semana y regresará a "Israel" justo antes de la celebración del Yom Kippur.
Las expectativas con tal visita son altas, ratificaron las fuentes, pues ven en ella la posibilidad de poner fin a una especie de boicot hacia el premier sionista, cuya frustración por no recibir una invitación espontánea para visitar la Casa Blanca es aún comentada en la prensa local y extranjera.
Muestra de ello es la prohibición expresa a los integrantes de su gabinete, cualquiera sea su cartera, de visitar la sede del gobierno en Washington mientras no lo haga él mismo.
A criterio de Wallberg, los principales temas en agenda durante la visita de Netanyahu serían el expediente iraní, las enmiendas judiciales y su efecto en ciudadanos estadounidenses y los contactos con Arabia Saudita.
Sin embargo, tales preparativos carecen de sentido para algunos medios norteamericanos como el periódico Foreign Policy, convencidos del deterioro irreversible de la relación entre Washington y "Tel Aviv".
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Por su parte, la prensa israelí calificó de "colapso sin precedentes en los canales israelí-estadounidenses", la circunstancia actual, y las reacciones y prohibiciones del primer ministro Netanyahu.
En este sentido, el escritor político israelí Ben Caspit, argumentó que la visita a Nueva York del ministro de Seguridad, Yoav Gallant, no se acercó a Washington ni al Pentágono, y solo pudo dialogar con funcionarios sionistas.
Según Netanyahu, esa limitación no impidió la misión del ministro y las relaciones siguen en pie, en función de temas de importancia e interés mutua, aunque haya "cosas en las que Tel Aviv y Washington difieren", explicó en una entrevista con el Jerusalem Post.
Seis meses atrás, Biden dejó claro su desinterés en un posible contacto personal con el cabecilla sionista. Más bien expresó su preocupación por las enmiendas judiciales, las protestas resultantes en las calles de la Palestina ocupada y la violencia posterior.
La respuesta de Netanyahu fue: "Israel" toma sus decisiones de acuerdo con la voluntad de sus colonos, no bajo presión externa, "incluidos nuestros mejores amigos", luego de lo cual el vínculo entre gobiernos es más tenso y menos colaborativo.
El sionista no tiene quien lo lleve
El otro obstáculo resaltado por los medios israelíes es de tipo práctico: existe un acuerdo implícito entre los pilotos de la flota de aviones El Al 777 para no ofrecer sus servicios al premier y su esposa rumbo a Estados Unidos.
De hecho y en protesta contra el plan de enmiendas judiciales (rechazadas por la mayoría de la población y el ejército) tampoco aceptaron trasladarlo en viajes anteriores y tocó a los directivos de la aerolínea pilotear la nave en febrero hacia París y en marzo hacia Roma.
Pero no es lo mismo un salto a Europa que atravesar el océano: ese recorrido directo no admite aviones de fuselaje estrecho, necesita uno grande y con tres pilotos de experiencia, describió el Canal 13.
El Yom Kipur es el día más sagrado del calendario judío. Marca un momento de expiación a través del ayuno y la oración, durante la cual se enumeran las buenas acciones del año para pedir el perdón divino por las acciones incorrectas.