Las masacres de "Israel" no quebrarán la voluntad de resistencia
En el 41 aniversario de la masacre de Sabra y Chatila en Líbano, las facciones de resistencia palestina subrayaron que no habrá perdón para los responsables y sus cómplices, y ningún crimen detendrá la lucha del pueblo por recuperar sus territorios.
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"Israel" pone a prueba la voluntad de resistencia de Palestina mediante el genocidio y el racismo.
En el 41 aniversario de la masacre de Sabra y Chatila contra los refugiados palestinos en el Líbano, las facciones de la resistencia condenaron el hecho y exigieron que sus autores rindan cuentas.
El portavoz del movimiento Hamas, Jihad Taha, dijo que esas acciones de la ocupación israelí no estarán sujetas a un plazo de prescripción.
Al mismo tiempo, enfatizó en el compromiso del pueblo palestino con el derecho al retorno y sus constantes nacionales hasta la liberación de su territorio.
Como advirtió, todos los esfuerzos para liquidar la causa palestina mediante la desestabilización de las condiciones de los refugiados y la revocación de su derecho a regresar a sus hogares, son intentos miserables y no lograrán sus objetivos.
A su juicio, la pérdida de aquellos cinco mil mártires, un crimen horrendo, seguirá siendo un testimonio de la crueldad y el sadismo de la ocupación, una entidad usurpadora basada en el terrorismo y el racismo.
Yihad Islámica: Los palestinos no renunciarán al derecho de retorno
Por su parte, el portavoz mediático del Movimiento Yihad Islámica, Muhammad Hajj Musa, afirmó que el pueblo palestino está en el camino de la liberación y el retorno.
En este sentido, subrayó la decisión de los palestinos de no perdonar los crímenes del enemigo israelí y sus agentes.
Al respecto, recordó aquellas escenas de hombres, mujeres, ancianos y niños asesinados, el desgarro del vientre de las mujeres embarazadas y la mutilación de cadáveres, quedarán grabadas en la memoria, y esa cuenta permanecerá abierta hasta el fin de la ocupación y el castigo de los asesinos.
El vocero de la Yihad Islámica condenó el silencio internacional cómplice y la impunidad de criminales y asesinos durante cuarenta y un años, a pesar de la abundancia de pruebas para exponer a criminales, participantes, instigadores y quienes les brindaron apoyo, cobertura, y protección.
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No obstante, esas atrocidades de la ocupación en los campos de refugiados y la diáspora no lograron ni lograrán sus objetivos de quebrar la voluntad de resistencia del pueblo palestino, puntualizó.
En este sentido, señaló que los campos de refugiados palestinos, y en particular en el Líbano, eran y siguen siendo un objetivo de la ocupación y sus agentes, y todos los palestinos tienen el deber de preservar los campos y enfrentar los planes que los atacan desde el punto de vista de la seguridad, militar y social, lejos de conflictos internos y agendas estrechas.
Fatah: Este crimen es una mancha negra en la frente
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Sabra y Chatila no se borrará de la memoria y de la cultura hasta la expiación de sus ejecutores.
En este contexto, el portavoz del movimiento Fatah, Munther Al-Hayek, calificó la masacre de Sabra y Chatila como crimen completo, llevado a cabo por bandas criminales cuyo objetivo es poner fin a la presencia palestina, aferrada al derecho a regresar a su tierra.
Describió el suceso como una mancha negra en la frente de todos los que ayudaron y llevaron a cabo esa matanza.
La ocupación israelí llevó a cabo la masacre de Sabra y Chatila la tarde del 16 de septiembre de 1982, bajo el liderazgo del ex primer ministro de ocupación Ariel Sharon y grupos armados libaneses leales a él.
Avanzaron por los callejones del sudoeste hasta el campamento, frente al hospital de Akka, en un área llamada entonces “Al-Harsh”, y se esparcieron por todas las calles para tomar el control total del asentamiento, con el uso de ametralladoras, pistolas y cuchillos contra los residentes indefensos.