Guatemala: mil 500 mujeres desaparecidas indican falta de seguridad
El mecanismo de búsqueda rápida para mayores de 18 años arroja luz sobre un fenómeno de violencia y vulneración de derechos en ese país centroamericano sustentado en la cultura y los problemas sociales.
Guatemala reportó en este año casi mil 500 alertas de mujeres desaparecidas, unas cinco diarias en promedio, fenómeno calificado como expresión de la inseguridad social predominante en ese país centroamericano.
Según registros oficiales, de las llamadas alertas "Isabel-Claudina", la mayor cantidad fue reportada en la ciudad capital, con 551 casos, aunque también destacan los departamentos de Escuintla, Quetzaltenango, Alta Verapaz y San Marcos, seguidos de Petén, Huehuetenango y Santa Rosa.
La Unidad de Enlace Fiscalía de la Mujer, confirmó asimismo que unas 179 víctimas presentaban discapacidades, 166 tenían antecedentes de violencia en el hogar y 71 ya habían desaparecido antes.
Casi la mitad de esas mujeres tenía entre 21 y 30 años al momento del reporte, y el 22 por ciento entre 18 y 20 años, lo cual implica que dos de cada tres casos son jóvenes, detalló el informe reciente.
Como destacó también, 324 víctimas iban acompañadas de sus hijos en el momento de su secuestro, y 85 reconocieron sufrir vejámenes por parte de los secuestradores.
En cuanto al horario, puntualiza el reporte, el 71 por ciento desapareció en pleno día, entre las 06:00 y las 17:59, hora local.
La Policía Nacional Civil guatemalteca suele advertir sobre la importancia de reportar lo antes posible, pues las primeras horas son vitales para resguardar su integridad y tener éxito en la búsqueda.
El mecanismo de alertas obtuvo respaldo legal a partir del 6 de agosto de 2018, tras un fuerte reclamo popular, y su nombre rinde homenaje a las fallecidas María Isabel Véliz, de 15 años (2001) y Claudina Isabel Velásquez, de 19 (2005), cuyas familias insistieron en demandar una mejor respuesta del sistema de justicia para enfrentar este flagelo, invisibilizado por mucho tiempo.
Entre sus principios está garantizar el respeto a los derechos humanos de las mujeres, investigar cada caso con enfoque de género y priorizar la integridad de las desaparecidas.
De acuerdo con expertos de la región, el fenómeno impacta en la percepción de seguridad en los entornos públicos, y por ende en el patrón de comportamiento de la ciudadanía, los hábitos de consumo social, recreación y desplazamiento por ciertas zonas de los municipios más afectados.
En entrevistas posteriores con muchas de esas mujeres, (más del 90 por ciento son localizadas con vida), el sistema de justicia encontró que las causas de su desaparición pueden ser muy variadas.
Muchas fueron secuestradas por bandas criminales para obligarlas a prostituirse o eran víctimas de trata de personas.
Cerca de la mitad huyeron de su hogar ante una espiral de violencia insostenible, lo cual coloca el fenómeno en otro contexto de inseguridad y violación de derechos igual de preocupante.
Un tercer grupo reapareció sin dar explicaciones sobre las circunstancias de su pérdida o lo vivido en ese tiempo, pues sienten miedo o vergüenza de denunciar.
Investigaciones posteriores demostraron que en no pocos casos, quien reportó la desapación estuvo involucrado en el hecho.
Según reportes de la Procuraduría de la Niñez y Adolescencia en Guatemala, el número de niñas desaparecidas, violadas y hasta asesinadas, duplica en algunos años el de las mayores de 18 años.
El mecanismo para búsqueda rápida en casos de menores fue instaurado en 2010 y se conoce como alerta Alba-Keneth.