La mano oscura de Reino Unido en presuntos ataques químicos en Siria
Londres sabía de la célula de producción avanzada del gas sarín en poder del grupo terrorista Frente Nusra, alineado a Al Qaeda, y permitió a Occidente culpar al gobierno de Bashar al Assad.
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La mano oscura británica en presuntos ataques químicos en Siria
Los servicios de inteligencia de Reino Unido urdieron la historia del ataque químico del 2013 en Ghouta, al este de Damasco, Siria, según revelaron documentos filtrados y publicados por el periodista Kit Klarenberg en el sitio web GrayZone.
Los datos filtrados demuestran cómo un oscuro contratista de la inteligencia británica ayudó a promover la mentira del presidente sirio Bashar al-Assad como responsable del ataque.
Durante la valoración del suceso, los analistas de Estados Unidos suprimieron evaluaciones internas acerca del ala siria Frente Nusra del grupo terrorista Al Qaeda y su posesión de una célula de producción avanzada de gas sarín.
Al no salir a la luz pública el verdadero responsable, Washington pudo fabricar su justificación para culpar del ataque al gobierno sirio.
Esa conveniente omisión casi desencadenó la intervención militar occidental, como la operación de la OTAN que devastó Libia hace dos años, resaltó el periodista de investigación Seymour Hersh, ganador del un Premio Pulitzer.
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El 13 de septiembre pasado, Hersh publicó una evaluación de la Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos (DIA) sobre el arsenal de armas químicas en poder del grupo armado de la oposición siria, Frente Nusra.
Hasta ahora, aseveró, pasaron por alto el papel de la inteligencia británica en el intento de intensificar el conflicto, pero documentos oficiales nunca antes vistos, obtenidos por Grayzone, ilustraron su crucial manipulación en el intento fallido de lanzar una invasión de la OTAN a Siria.
La capacidad de obtener sarín le llegó al Frente Nusra a través de Arabia Saudita y Turquía, ambos patrocinadores de la guerra indirecta en Siria, y de inmediato procuró una producción a gran escala del tóxico, afirmó el documento.
Ahora será difícil impedir la tenencia de armas químicas por esos grupos, por su relativa libertad de operaciones en el país, lamentó el memorando .
Estas revelaciones dejaron significativas dudas sobre las acusaciones contra las fuerzas sirias de realizar otros supuestos ataques con armas químicas, "sobre todo si analizamos además el número de personas asesinadas en Goutha .(entre 280 y mil 700)", planteó Klarenberg en su reportaje.
Una intervención militar de Occidente basada en aquel ataque sería una guerra basada en el engaño, igual a las falsas afirmaciones usadas para precipitar la ilegal invasión estadounidense en Irak en 2003, valoró el sitio web.
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Las artimañas británicas fueron intensificadas después de Ghouta, tal como la célebre Operación Timber Sycamore de la CIA, en la cual Langley gastó aproximadamente mil millones de dólares al año para armar y entrenar a insurgentes anti-Assad.
Y mientras la CIA proseguía su guerra sucia contra Damasco, el movimiento M16 desempeñó un papel de apoyo crítico, aseguró el analista.
En contraposición a las acusaciones contra Damasco, el periodista señala que bajo estricta supervisión internacional, todas las armas químicas declaradas por Siria fueron entregadas y destruidas en 2014.
El extracto es muy llamativo, reflexiona el autor, porque demuestra el conocimiento de Londres, a los más altos niveles, de la imposibilidad del uso de armas químicas por parte del gobierno sirio.
Por lo tanto, fue necesario inventar una historia para encubrir por qué seguían estos ataques, y no aceptar la responsabilidad de la oposición.
Según Klarenberg, el escepticismo de los círculos de poder occidentales en cuanto a la versión de la oposición siria sobre Ghouta, no fue un fenómeno único durante la crisis siria.
Tras cada supuesto ataque con armas químicas en Siria a partir de entonces culparon a las fuerzas de Assad, y si algunos pusieron en duda la culpabilidad de Damasco, fueron calumniados como "teóricos de la conspiración", negadores de crímenes de guerra, o algo peor.
