Tercera Cumbre de Comunidad Política Europea sesionó en Granada
Fallaron las intenciones de establecer un diálogo entre los mandatarios de Armenia y Azerbaiyán por la ausencia de este último, y el foco del debate lo ocuparon las elevadas cifras de migraciones ilegales.
Unos 50 líderes europeos coincidieron en Granada, al sur de España, con la esperanza de confirmar su “determinación” de avanzar en varias cuestiones geopolíticas, pero la ausencia del presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, empañó la credibilidad de la reunión.
En esta tercera cumbre de la Comunidad Política Europea (CPE), la ausencia de Aliyev, así como del mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, constituyeron un revés para el foro, el cual pretendía proporcionar un marco informal para resolver conflictos regionales críticos, como la situación del Cáucaso.
Dos semanas después del ataque de las fuerzas azerbaiyanas a Nagorno-Karabaj, funcionarios europeos esperaban organizar una reunión entre Aliyev y el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, pero el primero recusó participar tras recibir señales de apoyo a Ereván.
Ante lo percibido como un "ambiente hostil" a su causa, Bakú consideró "innecesario" participar en la reunión o cualquier negociación, según admitió un funcionario azerbaiyano a la agencia AFP.
Por su parte, el primer ministro armenio, Nikol Pashinián, no ocultó su decepción y proclamó asistir con una mentalidad "constructiva y optimista", esperanzado en firmar un documento de entendimiento.
Pashinyan y Aliyev tuvieron una reunión en junio pasado durante la última cumbre de la CPE, en Moldavia, a la cual asistieron también el entonces presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, el jefe de Estado francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz.
El objetivo de la CPE es acercar a países sin membresía en la Unión Europea (UE), de acuerdo con una idea propuesta por Macron. Por eso fueron invitados unos veinte gobiernos a esta cumbre, junto a los 27 integrantes del bloque.
Ante el cambio de prioridades, el foco del debate fue la crisis migratoria y acordaron un texto destinado a coordinar una respuesta conjunta de los 27 Estados, en caso de una gran afluencia de inmigrantes a uno de sus territorios como ocurrió durante la crisis de refugiados en 2015-2016.
El acuerdo, pensado como base para las negociaciones con el Parlamento Europeo, daría a los gobiernos varias opciones para modificar sus normas y procedimientos de asilo y migración en tiempos de crisis.
Al respecto, el primer ministro británico, Rishi Sunak alertó sobre los niveles de migración ilegal a Europa continental en este año, los más altos en casi una década.
"Con miles de personas muertas en el mar, la situación es a la vez inmoral e intolerable. No podemos permitir que las organizaciones criminales decidan quién llega a las costas europeas", reclamó el mandatario.
El 25 de septiembre, el periódico estadounidense The Washington Post describió el Mediterráneo como un “teatro de muerte masiva”, pues según la Organización Internacional para las Migraciones, solo en el primer trimestre miles de personas desaparecieron en el mar sin ser identificadas.