El jefe de la República Popular de Donetsk, Denís Pushilin, denunció la utilización de municiones de racimo por parte de Ucrania durante un bombardeo en medio de las festividades de Año Nuevo.

Según el líder, la decisión de no poner ni un árbol de Navidad en lugares públicos para no arriesgar la seguridad de los residentes locales fue buena. 

"De lo contrario, habría mucha más gente en la plaza en el momento del bombardeo" y "un número desproporcionadamente mayor de víctimas mortales y heridos", afirmó. 

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Como resultado de las explosiones, cuatro personas murieron y 13 resultaron heridas, dos de ellas con lesiones de gravedad media, mientras otros civiles recibieron asistencia médica.

Las armas letales empeladas contenían múltiples submuniciones o bombetas con capacidad para saturar un área del tamaño de varios campos de fútbol, de acuerdo con analistas.

El pasado 30 de diciembre, otra agresión de las fuerzas de Kiev en la ciudad rusa de Belgorod dejó 25 civiles fallecidos y más de 100 lesionados. 

Como respuesta, Moscú atacó centros de toma de decisiones e instalaciones militares en la ciudad ucraniana de Járkov.