Canadá, Australia y Nueva Zelanda piden un alto al fuego para Gaza
En una declaración los tres jefes de gobierno afirmaron su profunda preocupación por los indicios sionistas de lanzar una operación militar semejante, la cual será desastrosa.
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Un ataque a Rafah exacerbaría la ya terrible situación de los millones de desplazados palestinos que no tienen a donde ir, afirmó la declaración.
Los primeros ministros de Canadá, Australia y Nueva Zelanda exigieron este jueves un alto al fuego humanitario inmediato en Gaza y rechazaron cualquier invasión terrestre israelí a la ciudad de Rafah.
En una declaración conjunta, los tres jefes de gobierno afirmaron su profunda preocupación por los indicios sionistas de lanzar una operación militar semejante, la cual será desastrosa.
Según el comunicado, alrededor de 1,5 millones de palestinos buscan refugio en la región donde la situación humanitaria ya es terrible y los efectos sobre los civiles serán devastadores.
"Existe una necesidad urgente de un alto el fuego inmediato por motivos humanitarios, e instamos al gobierno israelí a no seguir este camino. Simplemente, los civiles no tienen ningún otro lugar adonde ir", agregó el texto.
La declaración ocurrió después de que el primer ministro de ocupación israelí, Benjamín Netanyahu, reiteró la continuación de su ataque contra el movimiento Hamas en Rafah.
Ante esa posibilidad, Ottawa, Wellington y Canberra instaron a "Israel" a desistir del ataque y pidieron a Hamas corresponder a cualquier alto al fuego.
Con anterioridad, España e Irlanda llamaron al cese de los bombardeos en Gaza, para evitar un mayor deterioro y facilitar la llegada de suministros humanitarios que se necesitan con urgencia.
El Ministerio de Salud en Gaza informó que el saldo de la agresión superó los 28 mil 500 mártires y unos 68 mil 300 heridos desde el 7 de octubre.
Los gazatíes sufren duras y difíciles condiciones humanitarias como resultado del actual asedio y brutal agresión lanzada por la ocupación contra toda la Franja, incluida la zona de Rafah, que alberga a más de un millón y medio de personas desplazadas.
El enemigo destruyó instalaciones sanitarias e impidió la entrada de agua, alimentos y medicinas a la Franja de Gaza, lo que provocó el martirio de decenas de personas debido a la propagación de enfermedades, el hambre y el frío.
