La ciudad de Nabatieh, en el sur de Líbano, acogió este sábado los funerales de las 11 víctimas civiles del ataque israelí contra esa localidad perpetrado el 14 de febrero.

Una multitud acompañó las procesiones fúnebres, las ceremonias de despedida y el entierro oficial de los mártires.

Durante las agresiones israelíes en esa zona libanesa, un dron impactó con varios misiles un edificio de tres pisos y un sótano, ubicado dentro de un vecindario habitado en la ciudad de Nabatieh.

El bombardeo acabó con la vida de todos los miembros de la familia Hussein Barjawi, su esposa e hija, además de otros niños y mujeres.

Ante la masacre sionista, el secretario general de Hizbullah de Líbano, Sayyed Hassan Nasrallah, aseguró que el enemigo pagará con creces el precio de la sangre de mujeres y niños inocentes. 

Durante un discurso en las conmemoraciones del aniversario de los Dirigentes Mártires de la Resistencia, Nasrallah enfatizó que para la Resistencia libanesa los crímenes contra civiles son una cuestión especialmente delicada y el régimen sionista fue demasiado lejos en esta dirección.

Por ello, aseveró, "el precio de la sangre de civiles será sangre, no meros sitios o posiciones".