La Venezuela poselectoral y el mensaje de una silla vacía
Ocho de los 10 candidatos que participarán en la contienda acudieron a la rúbrica de documento de reconocimiento de la elección presidencial. El postulante de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) decidió no asistir.
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El mandatario venezolano firma el acuerdo de reconocimiento.
La soberbia escondida tras una silla vacía no opaca la condición profundamente democrática de la firma del acuerdo de reconocimiento de los resultados de las elecciones presidenciales entre los aspirantes a la primera magistratura el 28 de julio en Venezuela.
No obstante, obliga a no dejar pasar por alto ciertas alertas sobre un sector que demostró que no descarta un escenario de violencia poselectoral.
#Video | La opositora venezolana María Corina Machado hoy clama porque se renueve la invitación a la Unión Europea para ser veedora de la jornada electoral, sin embargo en 2018 había exigido al bloque que no “legitimara al régimen” ejerciendo el mismo rol en comicios, donde ella… pic.twitter.com/FSepNt2d5e
— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) June 21, 2024
En la sede principal del Consejo Nacional Electoral (CNE) Daniel Ceballos, Antonio Ecarri, Benjamín Rausseo, Luis Eduardo Martínez, Javier Bertucci, Nicolás Maduro, Claudio Fermín y José Britto rubricaron el documento y fijaron su compromiso para reconocer al CNE como única autoridad legítima y competente en medio del proceso comicial.
También a rechazar financiamiento con dinero producto de hechos ilícitos de origen nacional o internacional; a respetar la expresión popular mediante el voto, y a no desconocerlo con hechos de violencia.
Decidieron competir en un clima de paz y de respeto; a exigir la obediencia a la soberanía y a la autodeterminación del país, y también reclamaron en conjunto y pese a sus diferencias, el levantamiento de las sanciones unilaterales contra la nación.
Algunos candidatos sumaron inquietudes, entre estas, que quien resulte electo como presidente se comprometa a procurar amplias garantías de no persecución a ningún líder de partido ni a funcionarios o exfuncionarios públicos al momento de la elección presidencial.
Otra demanda fue más una exhortación a que este encuentro sirviera de oportunidad para convocar a un consejo consultivo de los candidatos para buscar la manera de atender las necesidades de la población a partir del 29 de julio.
Ceballos del partido Arepa, destacó que luego de haber cumplido condena por su participación en los hechos violentos convocados por la oposición en el año 2017, hoy es candidato a la presidencia cumpliendo con todos los requisitos indicados por el Poder Electoral, y esto, según Ceballos, es una señal de un cambio en el país que parte de fortalecer la institución del voto.
El acuerdo enarbola las banderas del respeto, la colaboración, la búsqueda de garantías y el desarrollo pleno de los derechos políticos, y fomenta el reconocimiento de los actores políticos para facilitar la convivencia.
Cuenta con la anuencia de ocho de los 10 candidatos registrados y el aval de las 37 organizaciones políticas participantes en el proceso.
La manzana de la discordia
Edmundo González Urrutia aspirante por la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) se hizo el desentendido y además de no asistir al llamado aseguró que no había recibido invitación del CNE.
Una falacia que sirve de mensaje para el exterior y su desconocimiento de los reales acontecimientos en la nación o cómo se preparan las fuerzas políticas y los organismos competentes para la contienda comicial.
González al no acudir al llamado del Poder Electoral y con ello no participar de un acto de repudio a la violencia como recurso político ya no requiere de propaganda en su contra que revele cuál es su apuesta para el país.
Dejó muy claro que refleja las ambiciones de la tolda política por la cual ficha como postulante. Esa extrema derecha, caracterizada por incurrir históricamente en desacatos para satisfacer únicamente a intereses foráneos.
La UE, Relial y los títeres para desintegrar Estados-nación
La actitud de González Urrutia ante la convocatoria del CNE sólo es el botón de muestra de lo que tanto se advierte sobre las corrientes de extrema derecha no solo en Venezuela, sino en Latinoamérica.
Teniendo en cuenta que es el aspirante inscrito por la dirigente inhabilitada María Corina Machado se comprende su accionar: Ella no reconoce al Poder Electoral, aunque insista en participar, y como no reconoce al CNE, tampoco valora la opinión de ninguna institución que no comulgue con su planteamiento liberal radical.
En cuanto a la observación internacional del proceso, si bien Machado hoy clama porque se renueve la invitación a la Unión Europea para ser veedora de la jornada, en 2018 había exigido al bloque no “legitimar al régimen” ejerciendo el mismo papel en comicios donde ella no participaba de forma tan activa como lo hace ahora, pese a estar inhabilitada políticamente.
Hoy parece convenirle la participación europea y su actitud contradictoria, muy propia de su liderazgo errático, tiene más que ver con que no es autónoma. Durante años ha clamado por sanciones por parte del bloque contra la República Bolivariana y ahora le corresponde rendir cuentas a este y otros operadores por el favor concedido.
Tratándose de organizaciones políticas, el partido dirigido por Machado, Vente Venezuela, trabaja como eslabón de la Red Liberal de América Latina (RELIAL), una organización vinculada a la Internacional Liberal, al Consejo de los Demócratas y Liberales Asiáticos, a la Red Liberal de África, a la Federación Liberal Árabe y al uso de tanques de pensamiento y partidos que promueven al liberalismo “clásico”.
Además, colabora con la oficina regional para Latinoamérica de la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad y hace parte del concierto de asociaciones que repiten la misma cartilla liberal con un toque imprescindible para consolidarse como un alter ego del poder: desconocer el valor del voto y a cualquier institucionalidad que no sea la propia.
Estas peticiones van conforme a su visión de una Latinoamérica unida solo bajo ideas individualistas, la sobreestimación de la propiedad privada, la idealización del Libre Mercado y la urgencia de establecer un Estado muy limitado.
De igual modo, el objetivo de ambas es dar argumento forma y visibilidad a un libre comercio entre las naciones, y a su vez dar rienda suelta a los intereses de cualquier trasnacional por encima de los derechos y la soberanía de cada país.
Para la gran mayoría de los venezolanos este tanque de pensamiento es inexistente, pero es el principal tejedor en la región de la asfixia financiera contra la República Bolivariana y a su vez de la candidatura de la extrema derecha a la presidencia.
Como parte de este contexto, el de Machado no es un liderazgo destacable, la dirigente solo es reconocida por hacer bien su tarea. Decir que no se manda sola, o que no es autónoma se sustenta en el hecho de obedecer a directrices de la Relial y someterse a las deudas contraídas con la Unión Europea.
Edmundo González Urrutia también quiere hacer bien la última tarea encomendada, aunque no en favor de Venezuela.