Elecciones parlamentarias en Siria desafían reglas de la ocupación
El Estado sirio no dudó en convocar nominaciones y votaciones incluso en zonas conflictivas o fuera de su control, como las áreas rurales de Idlib, Raqqa, Hasakeh, e incluso Sweida y Daraa.
Las elecciones en Siria a menudo constituyen un hito importante para el Estado en diversas áreas bajo su control, con énfasis en la aplicación continua de la constitución y la realización de votaciones en todos los niveles, incluso en las condiciones de campo más difíciles durante los 13 años de guerra.
El Estado sirio no dudó en convocar procesos incluso en zonas conflictivas o que no están del todo bajo su control, como las áreas rurales de Idlib, Raqqa, Hasakeh, e incluso Sweida y Daraa.
Aunque la mayor parte de la provincia de Hasakeh está bajo el mando de las milicias separatistas autoproclamadas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), apoyadas por Estados Unidos, y con el control turco y de grupos terroristas sobre la ciudad de Ras al-Ain y sus áreas rurales al sur, este y oeste, con una gestión limitada del gobierno de Damasco en barrios y aldeas de las zonas rurales de Hasakeh y Qamishli, la provincia no estuvo ausente en ninguna elección durante los últimos 12 años.
Siria a menudo registra una notable participación de votantes y candidatos, como sucedió en las presidenciales de 2021 y en las elecciones para el cuarto período de la Asamblea del Pueblo (Parlamento), programadas para el 15 de este mes.
Unos 400 candidatos de diversos componentes sociales, religiosos y étnicos de la provincia presentaron su solicitud para ocupar las 14 representaciones de la provincia en el nuevo período legislativo, lo cual refleja el apego de sus habitantes al Estado sirio y su interés en el éxito de sus compromisos.
Este número estuvo acompañado por amplias campañas publicitarias, con la colocación de pancartas para presentar su imagen y sus programas electorales en barrios, calles y aldeas administradas por el gobierno sirio en las ciudades de Hasakeh y Qamishli y sus áreas rurales, aunque están ausentes en las zonas bajo el control de las FDS.
La "autoadministración" kurda, el órgano administrativo de las FDS, prohibió la realización de cualquier elección gubernamental, ya sea presidencial, local o legislativa en las áreas bajo su control desde 2013.
Además, siempre intentan impedir a los residentes en sus áreas controladas trasladarse a las áreas bajo control del gobierno para participar en las elecciones y emitir sus votos.
El presidente del Partido de la Unión Democrática, Salih Muslim, quien dirige la autoadministración kurda, reafirmó a los medios la negativa a participar en las elecciones cercanas, en tanto su contrato social, sistemas y leyes locales no estipulan esos vínculos con el parlamento, y no permitirán la colocación de urnas en las áreas bajo su control, insistió.
A pesar de estas claras restricciones, la provincia experimentó un evidente movimiento popular en torno a las elecciones, incluso dentro de las áreas controladas, con candidatos que se comunican con los residentes y notables, ya sea a través de las elecciones internas del gobernante Partido Baath Árabe Socialista, para seleccionar a sus candidatos, o a través de candidatos independientes.
Las votaciones internas del Partido Baath contaron con una amplia intervención de todas las áreas de la provincia, con dos mil 191 votantes, de alrededor de tres mil habilitados para participar, lo cual refleja su determinación a desafiar todas las condiciones de la provincia.
Además, al menos 20 ciudadanos de la ciudad de Ras al-Ain y sus alrededores, ocupadas por las fuerzas turcas, se postularon para las elecciones, lo cual se interpretó como una determinación de los residentes de esta área a participar en los comicios nacionales.
Las consignas levantadas por estos candidatos reflejan un sentido de pertenencia al Estado sirio y el deseo de éxito en sus compromisos electorales, pues ven la candidatura y el voto como una afirmación de la unidad geográfica de Siria y un rechazo a las ocupaciones estadounidenses y turcas, y a todos los planes de división de la región.
Al decir de uno de los aspirantes, Ahmad al-Issa, en diálogo con la red Al Mayadeen, cada solicitud de candidatura y cada papeleta depositada en las urnas en la provincia de Hasakeh es un voto a favor de la opción del Estado sirio y un rechazo a la presencia de las ocupaciones y sus aliados en la región.
Estos candidatos provienen de diversos componentes de la provincia: árabes, kurdos, yazidíes, asirios y siríacos, claro indicador de consenso sobre la necesidad de garantizar el regreso a esa provincia del Estado sirio, con todas sus instituciones, para rescatarla de la dolorosa situación producida por la sucesiva dominación de facciones armadas y ocupaciones.