EE. UU. continúa esfuerzos políticos para buscar alto al fuego en Gaza
La asistente del Secretario de Estado para Asuntos del Medio Oriente, Barbara Leaf, viajará a la región para dialogar con autoridades de diferentes países sobre la liberación de todos los prisioneros israelíes, la distribución de ayuda humanitaria en toda Gaza y el período de posguerra.
La asistente del Secretario de Estado para Asuntos del Medio Oriente, Barbara Leaf, realizará una visita a Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Egipto, Jordania, “Israel”, Cisjordania e Italia, del 8 al 14 de julio, para discutir los esfuerzos diplomáticos en curso a favor de alcanzar un alto al fuego en la Franja de Gaza.
Según el comunicado, Leaf dialogará sobre la liberación de todos los prisioneros israelíes, la distribución de ayuda humanitaria en Gaza y el período de posguerra.
En este contexto, aumentan las acusaciones contra la administración del presidente Joe Biden por brindar un apoyo incondicional a la ocupación israelí y ser cómplice de los crímenes y masacres israelíes en Gaza y Líbano.
Un artículo del director del Centro Haggop Kevorkian para Estudios del Medio Oriente y profesor de Periodismo en la Universidad de Nueva York, el escritor Mohamad Bazzi, reflejó el apoyo absoluto de Biden a “Israel” desde el inicio de la operación palestina Diluvio de Al-Aqsa, el pasado 7 de octubre.
Publicado en el periódico británico The Guardian, Bazzi apuntó que el continuo suministro de armas estadounidenses a la entidad israelí permitió al ejército sionista continuar su guerra en Gaza.
Washington utilizó su derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para bloquear múltiples resoluciones en favor de un alto el fuego y socavó la legitimidad de la Corte Internacional de Justicia debido a sus críticas a las acciones israelíes, señaló.
Conforme al experto, Biden estuvo dispuesto a destruir la fachada del sistema internacional basado en normas para proteger a “Israel” y al gobierno extremista de su primer ministro, Benjamín Netanyahu.
Para el investigador, Biden y su administración cayeron en una especie de pensamiento mágico al pedir a Netanyahu y a su gobierno detener la guerra, mientras proporcionaban armas y el respaldo político, los cuales permitieron a “Tel Aviv” prolongar el derramamiento de sangre.