El Líder Supremo de la Revolución y de la República Islámica de Irán, Sayyed Ali Khamenei, denunció a la entidad ocupante de “Israel” por el asesinato del jefe del Buró Político del movimiento de resistencia palestina Hamas, el mártir Ismail Haniyeh.

De esta forma, enfatizó que la venganza por la sangre del líder fallecido es un deber para su país, porque “la muerte ocurrió en su suelo”. 

Añadió que el fallecimiento de quien visitaba Teherán en calidad de invitado es el inicio de un severo castigo provocado por los propios enemigos. 

Recordó que el combatiente dedicó su vida a la lucha y estaba preparado para el martirio, después de ver morir a sus hijos en esa batalla. 

En la misma línea, el portavoz del Comité de Seguridad Nacional del Parlamento iraní calificó el acto "criminal y cobarde" y auguró una respuesta para los perpetradores. 

Por su parte, el miembro de la Asamblea de Discernimiento, Mohsen Rezaei, destacó que la ocupación pagará un alto precio por sus acciones. 

Haniyeh visitaba el país para participar en la ceremonia de investidura del nuevo presidente, Masoud Pezeshkian.

El ataque tuvo lugar después de un encuentro con el Líder Supremo y tras horas de un ataque israelí que apuntó al suburbio sur de Beirut.