El líder de la oposición y ex primer ministro de la ocupación, Yair Lapid, reclamó a la necesidad de llegar a un acuerdo de intercambio de prisioneros y poner fin a la guerra en Gaza en interés israelí desde los aspectos políticos, de seguridad y económicos.

Al inicio de una sesión del partido Yesh Atid, Lapid afirmó que el gobierno de Benjamín Netanyahu no está interesado en terminar la guerra porque la exime de enfrentar los desafíos, citó el sitio del canal Kan.

Por otro lado, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, aseguró que trabaja para detener las negociaciones con el movimiento palestino Hamas.

En su cuenta en la red social X, escribió: "Un país donde seis de sus secuestrados son asesinados a sangre fría no negocia con los asesinos, sino que deja de suministrarles combustible y electricidad".

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Ben Gvir consideró que seguir negociando los incentiva a cometer más ataques también en Cisjordania.

Estas declaraciones sucedieron dos días después de las manifestaciones, consideradas las más grandes en meses en “Israel”, en rechazo a la política del gobierno de Netanyahu y la guerra en curso.

Sin embargo, las protestas no lograron hacer que Netanyahu y sus aliados retrocedieran.

De acuerdo con analistas israelíes, la razón por la cual la reciente huelga no obligó al primer ministro a ceder es que, en lugar de presentar un frente unido, la movilización reveló las profundas divisiones en la entidad, reflejó el periódico británico Financial Times.

Asimismo, destacó que la mayoría de los manifestantes provienen de sectores liberales y no del campo de apoyo a Netanyahu, y estas protestas podrían unir a la derecha y sus partidos para conservar el poder.