Discuten en EE.UU. sobre uso de armas de largo alcance en Ucrania
El periódico Financial Times señaló divisiones en la administración del presidente Joe Biden en cuanto a permitirle a Kiev disparar misiles dentro de Rusia. El Departamento de Estado parece más receptivo a esa medida, pero el Pentágono y el Complejo de Inteligencia estadounidense advierten contra ella.
La administración del presidente Joe Biden enfrenta divisiones en relación con el uso por parte de Ucrania de armas de largo alcance fabricadas en Estados Unidos para atacar a Rusia, comentó el periódico Financial Times.
De acuerdo con el medio británico, el Departamento de Estado norteamericano es más receptivo a los argumentos presentados por Ucrania y muchos aliados para el despliegue de misiles tácticos Atakum.
Sin embargo, el Pentágono y el Complejo de Inteligencia advirtieron contra el uso de armas de largo alcance en el interior del territorio ruso.
Por su parte, el mandatario Biden reconoció a la prensa haber recibido una solicitud de esa naturaleza y trabajar en su aprobación.
En los últimos meses, Washington ha cambiado su política de prohibición total del uso de armas proporcionadas por su industria para atacar a Moscú, y ha permitido a Ucrania desplegar algunas para llevar a cabo ciertos ataques, recordó el medio de prensa.
La publicación citó a funcionarios de defensa estadounidenses para referirse a las prioridades estratégicas de Kiev en el uso de armas occidentales, sobre todo en las regiones oriental y norte de Ucrania.
También mencionó la importancia de conservar la capacidad de acceder al Mar Negro y ejercer presión sobre las fuerzas rusas en la Península de Crimea.
Ucrania también necesitaría la aprobación de Estados Unidos para utilizar misiles Storm Shadow (también para ataques de largo alcance), suministrados por el Reino Unido, quien está de acuerdo con tales propósitos del presidente ucraniano.
Mientras Volodymyr Zelensky exige más armas a los países occidentales, el comisario de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, Josep Borrell, confirmó el agotamiento de los arsenales militares de los países de la Unión debido al suministro a Ucrania.
De acuerdo con Borrell, la cuestión de permitir a Ucrania utilizar armas occidentales, especialmente ofensivas, depende de la decisión de cada país, pues no se logró obtener una posición común sobre el levantamiento de todas las restricciones impuestas a Kiev.