OEA pierde legitimidad en América Latina por su respaldo a “Israel”
El apoyo de la Organización de Estados Americanos a la entidad sionista puede llevar a los gobiernos latinoamericanos a recurrir a otros órganos deliberativos donde Estados Unidos tiene menos influencia.
La postura a favor de “Israel” de la Organización de Estados Americanos (OEA) puede erosionar su legitimidad en América Latina y el Caribe, señaló un artículo publicado en Foreign Policy.
Desde el punto de vista de la autora, Francesca Emanuele, la OEA no se ha hecho eco de la firme postura de los países de la región en rechazo a la guerra de la entidad sionista en la Franja de Gaza.
“Los países de América Latina y el Caribe están a la vanguardia de los esfuerzos mundiales para detener el derramamiento de sangre en Gaza y defender los derechos humanos de los palestinos”, manifestó la investigadora principal del Centro de Investigación Económica y Política en Washington DC.
A juicio de la experta, esta divergencia no solo erosionará aún más la legitimidad de la OEA en la región sino que también puede llevar a los gobiernos latinoamericanos a recurrir a otros órganos deliberativos donde Estados Unidos tiene menos influencia.
Por ejemplo, su secretario general Luis Almagro condenó el 7 de octubre de 2023 el asesinato de unas mil 200 personas en el sur de “Israel” a cargo de combatientes del movimiento de Resistencia palestina Hamas y, sin embargo, aún hoy no se pronuncia sobre la necesidad de proteger los derechos de los civiles palestinos en Gaza.
Tal como enfatizó la autora, el político guarda silencio sobre la muerte de más de 40 mil personas en el sector, así como del asedio, hambruna y tortura en el enclave por parte de las fuerzas israelíes.
“El apoyo exclusivo de Almagro a la legítima defensa de “Israel” no sólo choca con uno de los principios proclamados por la OEA, la defensa de los derechos humanos, sino que también pone de relieve una importante desconexión entre la dirección de la organización y las posiciones de voto de la mayoría de sus países miembros”, expresó Francesca Emanuele.
Así lo evidencian las tres resoluciones sobre “Israel” y Palestina consideradas en la Asamblea General de Naciones Unidas en los últimos 11 meses: una a favor de una tregua humanitaria, otra a favor de un alto el fuego y una tercera en apoyo de la solicitud de Palestina de ser miembro pleno de la ONU.
“Sólo tres países de la OEA se opusieron a las dos primeras y dos a la tercera. Estados Unidos fue el único miembro que se opuso a las tres resoluciones”, recordó.
De acuerdo con la experta, el Gobierno estadounidense, principal aliado de “Israel” y fuente de apoyo militar, económico y político, es el mayor contribuyente financiero de la OEA, y esta posición le otorga a Washington una influencia sustancial sobre la agenda de la organización.
No obstante, la influencia por sí sola no explica totalmente la postura inflexible de la dirigencia de la OEA.
Tras consultar a media docena de diplomáticos de alto rango en funciones y exdiplomáticos de la OEA, la investigadora argumentó que una poderosa red transnacional de políticos, activistas y organizaciones de extrema derecha ha tenido una influencia significativa sobre la institución multilateral durante los dos mandatos consecutivos de Almagro.
Incluso, “la OEA ha cultivado fuertes vínculos con el gobierno israelí y con redes de derecha que apoyan sus continuas operaciones militares y la ocupación de los territorios palestinos”.
En 2017, poco después de que un informe de la ONU acusara a “Israel” de crear “un régimen de apartheid” sobre los palestinos, Almagro viajó a Jerusalén y elogió al gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu como un socio regional clave, citando su “compromiso con la democracia y los derechos humanos”.
También ha hecho apariciones oficiales sin precedentes en las conferencias del Comité de Asuntos Públicos de Estados Unidos e “Israel”, un grupo que espera gastar 100 millones de dólares este año para derrotar a los candidatos progresistas al Congreso en Estados Unidos.
“Estos estrechos vínculos entre la dirigencia de la OEA e “Israel” se traducen en políticas que revelan un sesgo preocupante”, consideró el artículo de Foreign Policy.
Almagro adoptó en 2019, por ejemplo, la controvertida definición de antisemitismo de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA) para la OEA, utilizada en todo el mundo para reprimir las críticas a “Israel”.
Mientras en 2021, creó el cargo de “comisionado para monitorear y combatir el antisemitismo”, sin establecer funciones equivalentes dentro de su secretaría para abordar el racismo contra las poblaciones indígenas o negras en las Américas.
Los funcionarios de la OEA consultados para el artículo indicaron que la organización ha perdido integridad política en la última década.
A diferencia de Almagro, su predecesor José Miguel Insulza mantuvo una postura equilibrada al condenar las acciones militares de “Israel” y apoyar los llamados de la ONU a un cese del fuego durante la guerra de 50 días en Gaza en 2014.
Bajo el mando de Insulza, la OEA promovió una plataforma en la que se podían expresar diversos puntos de vista sobre el conflicto, alineándose más estrechamente con los principios democráticos de la organización.
En esta ocasión, los grupos que apoyan la guerra de “Israel” en Gaza homenajean a Almagro como sucedió en abril cuando le concedieron un premio por “su labor en la lucha contra el antisemitismo” durante un acto celebrado en la sede de la OEA en Washington.
La ceremonia estuvo dominada por oradores de extrema derecha que denunciaron a los gobiernos regionales por utilizar medidas diplomáticas para intentar lograr un alto el fuego permanente en Gaza.
Debido a este panorama, la investigadora selaño que ningún Estado miembro de la OEA considera en la actualidad abordar la guerra de Gaza dentro de la organización y, en cambio, muchos países recurren a otros foros regionales.
A través de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), una organización multilateral que incluye a todos los países de las Américas excepto Estados Unidos y Canadá, 24 naciones pidieron un cese del fuego inmediato ya en marzo.
Durante julio, Brasil también aprovechó la alianza regional Mercosur para establecer un acuerdo de libre comercio con la Autoridad Palestina.
Incluso las 14 naciones del Caribe, algunas de las cuales antes dudaban en expresar sus posiciones sobre el conflicto entre “Israel” y Palestina debido a la influencia de Estados Unidos, ahora se unieron dentro de la organización multilateral Comunidad del Caribe para reconocer el estado de Palestina y oponerse a la guerra.
De los 35 países de las Américas, 32 reconocen el Estado de Palestina, y cuatro de ellos anunciaron esta decisión tras el estallido de la guerra el año pasado.
Sin embargo, en contradicción directa con las posiciones de la mayoría de sus miembros, la investigadora sostuvo que los dirigentes de la OEA siguen dando cobertura diplomática a la violencia perpetrada por el gobierno de Netanyahu.
"Bajo el liderazgo de Almagro, la organización sigue alejándose cada vez más de los principios de democracia y derechos humanos que supuestamente se suponía que debía defender", reflexionó.
En este contexto, la autora del artículo publicado en Foreign Policy explicó que si la OEA sigue su trayectoria actual, ignorando e incluso oponiéndose activamente a las opiniones de muchos de sus miembros, es probable que se la considere cada vez más irrelevante en gran parte de la región.