Hizbullah de Líbano recuperó la fuerza tras la muerte de Nasrallah
La Resistencia tiene la iniciativa y armas estratégicas y reafirma su unidad a los frentes en Palestina, Líbano, Yemen, Siria, Irak e Irán, señaló el presidente de la Unión Mundial de Ulemas de la Resistencia e imán de la mezquita Al-Quds en la ciudad de Saida, Cheikh Maher Hammoud.
La Resistencia de Líbano (Hizbullah) entró en una nueva fase, logró reorganizarse y recuperó el aliento después del martirio del líder Sayyed Hassan Nasrallah, asesinado por las fuerzas israelíes en un bombardeo contra el suburbio sur de Beirut el 27 de septiembre.
En declaraciones a Al Mayadeen, el presidente de la Unión Mundial de Ulemas de la Resistencia e imán de la mezquita Al-Quds en la ciudad de Saida, Cheikh Maher Hammoud, aseguró que hoy los combatientes son más feroces en el lanzamiento de misiles contra la ocupación en Haifa, Safed y Netanya.
De acuerdo con la referencia, las emboscadas y enfrentamientos directos demostraron la capacidad de Hizbullah al no dejarse arrebatar la iniciativa, pues tan pronto como terminaron los bombardeos, la Resistencia arroja sin piedad su fuego sobre las bases, sedes y colonias del ocupante, incluso en Cesarea, residencia del primer ministro Benjamín Netanyahu.
A juicio de Hammoud, la Resistencia tiene la iniciativa y armas estratégicas y reafirma su unidad a los frentes en Palestina, Líbano, Yemen, Siria, Irak e Irán.
Reconoció el desequilibrio en el balance de poder con el enemigo y su superioridad en términos de inteligencia artificial y avances tecnológicos masivos proporcionados por las grandes potencias a “Israel”.
Pero también confirmó la visión histórica y coránica de la resistencia de que el régimen no tiene poder propio y debe su existencia al respaldo estadounidense y occidental.
El liderazgo excepcional del Señor de los Mártires, Sayyed Hassan Nasrallah, no quedó resumido en su persona porque dejó una estructura sólida y cohesionada, subrayó.
A su juicio, Nasrallah confirmó con su sangre y martirio la unidad de la nación y del Eje de la Resistencia.
Sobre el papel de Irán, señaló que sus misiles aliviaron algo el dolor por la pérdida del máximo dirigente de Hizbullah y mostró el compromiso con su promesa.
Conforme a Hammoud, para el escenario interno libanés también hay un espacio importante y necesario en este momento crítico.
En ese punto, lamentó que una parte de los libaneses no haya aprendido de las experiencias pasadas.
Recordó que en 1982 un grupo pretendió representar a los maronitas y colaboró con “Israel” y llegó a participar en la invasión.
Y como es costumbre, el ocupante después abandonó a esos elementos en dos momentos cruciales: en las batallas de Bhamdoun en 1983, en el monte Líbano, y la del este de Saida en 1985.
El destino de los colaboradores de Lahad, incluido su líder Antoine Lahad, es una prueba de que “Israel” nunca será amigo de ninguna facción libanesa, comentó.
Hammoud aprovechó la ocasión para aconsejar la lectura del libro de Alain Menargues, titulado Los secretos de la guerra del Líbano, el cual muestra la traición israelí a las fuerzas libanesas y a sus aliados.
Exhortó a los compatriotas a no dejarse engañar por las promesas estadounidenses, israelíes y occidentales y alertó de quienes hoy ayudan al enemigo israelí al indicarles objetivos ficticios en el aeropuerto de Beirut u otros lugares.
Al concluir su diálogo con Al Mayadeen, el presidente de la Unión Mundial de Ulemas de la Resistencia puntualizó que el pronto restablecimiento del balance de poder a favor de la Resistencia expondrá de inmediato a los enmascarados.
Pidió a la opinión pública aliada a la resistencia un poco de paciencia porque ello será una fuente de energía positiva.
La autoridad describió como positiva la solidaridad entre los libaneses en todas las regiones al recibir a los ciudadanos del sur y del suburbio sur de Beirut como hermanos y no como desplazados, incluso en algunas áreas donde no hay simpatía con la resistencia.