Las próximas horas serán decisivas para la vida de muchos niños en la unidad de cuidados intensivos del hospital Kamal Adwan, en el norte de Gaza, debido a la falta de combustible.

El comunicado de la oficina de información en el enclave calificó la situación de catastrófica e instó a permitir el ingreso y suministro de combustible a los centros médicos para salvar las vidas de los heridos.

También condenó las acciones del ocupante israelí encaminadas a dejar fuera de servicio las instalaciones asistenciales del norte de Gaza, donde peligra la existencia de 400 mil civiles.

Además, responsabilizó a "Israel”, Estados Unidos y a socios occidentales por los crímenes continuos contra el pueblo palestino.

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El hospital Kamel Adwan continuó la recepción de casos de emergencia, incluido un herido por disparos de un francotirador israelí en Beit Lahiya.

Conforme a la Organización Mundial de la Salud casi no queda servicio de salud en el norte de Gaza, mientras "Israel" rechaza el arribo de misiones de ayuda a la región.

Por séptimo día consecutivo, el ejército perpetró bombardeos en el campamento de refugiados de Jabalia, mantuvo un cerco estricto y cerró la entrada de medicamentos y alimentos, comportamiento considerado por expertos como guerra de exterminio contra la población desplazada.

En el mismo contexto, el asesor de medios de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos, Adnan Abu Hasna, registró nacimientos de niños en Gaza con un peso y una estatura por debajo de lo normal, algo no ocurrido desde 1948.

También advirtió sobre el regreso de la hambruna ante la imposibilidad de distribuir raciones de alimentos a más de un millón de palestinos.

La situación en Gaza experimenta una devastación masiva y hambre, al punto de convertirse en una de las peores catástrofes humanitarias de la historia.