La ocupación israelí bombardeó varias casas adyacentes a la mezquita de Al-Qassam en la zona del Proyecto Beit Lahia, al norte de la Franja de Gaza, que provocó la muerte de al menos 73 personas, en un número infinito de víctimas de acuerdo con la oficina de medios del gobierno.

Según la institución gazatí, esta nueva masacre ocurrió en combinación con la eliminación del sistema de salud por parte de la entidadsionista en la Gobernación Norte, que actualmente está habitada por unas 400 mil personas.

La ocupación amenazó los hospitales de la gobernación y exigió que los equipos médicos los evacuaran y los abandonaran inmediatamente.

También impidió que llegara combustible a estos hospitales y cortó las comunicaciones e Internet en la región, lo que causó un crisis humanitaria.

La oficina responsabilizó a la ocupación, a la administración de Estados Unidos, a Reino Unido, Alemania, Francia y a los países que participaron en el genocidio contra los palestinos, especialmente de la guerra de limpieza étnica y exterminio en el campamento de Jabalia y el aérea del proyecto Beit Lahia.

Esta masacre se enmarca en los crímenes israelíes contra la Franja de Gaza, en paralelo con su imposición del asedio, el hambre y el aislamiento total de la Gobernación del Norte, en medio de violentos bombardeos aéreos y de artillería.