Atilio Borón reflexiona sobre el legado del neoliberalismo en Panamá
El politólogo ofrece un breve comentario sobre el negativo legado del neoliberalismo en Panamá, la despolitización de la juventud y el sospechoso accidente de aviación que puso fin a la vida del expresidente Omar Torrijos.
Desde el aeropuerto de Tocumen, en Panamá, el politólogo argentino Atilio Borón envió a Diálogo Internacional un breve comentario sobre el negativo legado del neoliberalismo en Panamá, la despolitización de la juventud y el sospechoso accidente de aviación que puso fin a la vida del expresidente Omar Torrijos, quien trascendió por hacer cumplir el acuerdo que en 1999 devolvió el control del canal a sus legítimos dueños.
Borón recordó cómo la expresidenta Mireya Moscoso (1999- 2004, justo después de la muerte de Torrijos), tomó varias decisiones importantes, la mayoría de ellas malignas, perversas, cuyo impacto aún se percibe en el istmo latinoamericano.
Justo en 2013, cuando se cumplían los 100 años de la creación del Estado de Panamá y su separación de Colombia, indultó al criminal de origen cubano Luis Posada Carriles, preso en las cárceles panameñas como autor de varios actos terroristas, entre ellos el estallido de una aeronave de Cubana de Aviación donde perdieron la vida 78 personas, incluido el equipo de jóvenes esgrimistas, que regresaban de una competencia regional.
El estudioso sudamericano abordó la nefasta decisión de Moscoso de prohibir la agremiación estudiantil en las escuelas secundarias, a partir de 2004, y perseguir a estudiantes que intentaban organizarse en sus colegios.
Según valoró, el resultado de todo eso fue un proceso muy significativo de progresiva despolitización de la masa estudiantil, y con el correr de los años también se despolitizaron los universitarios: “Aquellos chicos que estaban en la secundaria, cuyos centros fueron intervenidos, cuya capacidad de organización fue coartada brutalmente por Mireya Moscoso, ese Gobierno repugnantemente colonial y neoliberal, denostado y despreciado de una manera que pocas veces vi en mi vida”.
Aquella decisión aún repercute en la juventud panameña, que necesita ser repolitizada, con un esfuerzo muy grande de sus líderes, porque fueron esos jóvenes quienes dieron su voto a Raúl Mulino, un personaje parecido a Javier Milei, el actual presidente de Argentina, ponderó el politólogo argentino.
Mulino trata de hacer la misma política que de una manera más brutal, más salvaje y más decidida hace Milei en Argentina, advirtió el experto, y agregó que el panameño tiene, además, otra “virtud”: sabe comunicar muy bien, y la emplea en un programa en los medios con cierta equivalencia a las mañaneras del expresidente mexicano Andrés López Manuel López Obrador,
“Es bastante persuasivo, la gente queda muy impresionada. Habla muy bien, habla muy claro, habla pausado, da argumentos, no tiene nada que ver con las payasadas que tenemos nosotros en la Argentina”, describió Borón.
Desde su perspectiva, Mulino propone un desafío muy serio a los sectores soberanistas, panameñistas, en un país donde sigue la lucha por implantar la bandera de Panamá en la antigua zona del canal, a pesar del tratado firme que exigía a todos los edificios públicos de la zona del canal ondear las dos banderas, como firmó Kennedy poco antes de morir (una de las cosas por las que la CIA le acusó haber traicionado al canal, porque estableció de uso obligatorio, junto con la bandera de los Estados Unidos, la de Panamá).
Borón mencionó, entre los ejemplos de esa negativa, cuando en un instituto nacional educativo de alto nivel en Balboa, en 1964, los sectores proyanquis se negaron a levantar la bandera de Panamá y hubo un tumulto impresionante que se expandió como un reguero de pólvora por todo el país. Aquel hecho desató una represión salvaje del gobierno neocolonial y por supuesto de las tropas de los Estados Unidos, con un saldo de 24 muertos.
“Esa crisis tan profunda fue la que dio origen a una completa revisión de la relación entre Estados Unidos y Panamá, y llevó a la redefinición de los tratados del canal de Panamá, que finalmente llegaron a buen término con la administración de cártel y el gobierno de Omar Torrijos, quien firmó ese acuerdo, que puso fin a la concesión de por vida, vitalicia, permanente del Canal de Panamá a los Estados Unidos”, acotó.
Luego, en 1999, se produjo la devolución del Canal, pero Torrijos pagó un precio muy caro por haber sido el gran motor de esa iniciativa, pues aunque era anterior a su gestión, él la impuso con una fuerza enorme y lo pagó con su vida en un accidente de aviación muy sospechoso, recordó.
Como concluyó en su mensaje, hoy se recuerda a aquellos estudiantes y aquella gente de pueblo que participó en las jornadas de 1964 como héroes de la patria panameña.