Yahya Sinwar y la leyenda del combatiente
La intriga rodea los desafiantes momentos finales del líder de Hamas, pero ahora su vida es exaltada como campeón de Palestina, según un análisis del diario The Guardian.
Tras la muerte del líder de Hamas, Yahya Sinwar, una discrepancia promovida por los medios oficiales de “Israel” echó más leña al fuego de su leyenda como mártir del pueblo de Palestina.
Según analizó el diario británico, la autopsia realizada por el ejército israelí dictaminó su muerte por una herida en la cabeza, pero la versión inicial lo declaraba abatido por un proyectil de tanque disparado contra el edificio en ruinas donde hizo su última resistencia.
Las fuerzas israelíes mostraron imágenes de un tanque mientras disparaba contra la edificación en el campamento de refugiados de Tal al-Sultán, en Rafah, y el portavoz militar enemigo, almirante Daniel Hagari, describió que habían identificado al “terrorista”, dispararon y entraron a buscarlo, citó el medio.
Sin embargo, el director del Instituto Nacional Forense de “Israel”, Chen Kugel, quien se hizo cargo de la autopsia, en una entrevista concedida al rotativo estadounidense The New York Times dictaminó una bala encontrada en la cabeza como causa de muerte, sin precisar si el disparo lo efectuó un soldado antes o después de encontrarlo en los escombros, o si fue el propio Sinwar quien se inmoló para no ser capturado vivo.
De acuerdo con una imagen difundida en los medios, momentos antes de su asesinato el líder de Hamas, con su cabeza cubierta por la kufiya palestina tradicional, lanzó un bastón de madera hacia un dron israelí con la mano no herida, describió el artículo de The Guardian.
Sinwar portaba una pistola, que según reportes israelíes perteneció antes al oficial de inteligencia de las fuerzas sionistas Mahmoud Hir a-Din, un druso de la región de Galilea muerto en 2018 en una misión en Gaza.
Esta intriga en torno a la muerte de Sinwar alimentó el culto a su martirio de manera explosiva desde que en las redes sociales el movimiento confirmó el suceso.
El hecho de que fuera abatido en combate, con su uniforme y chaqueta, militar luego de disparar granadas a los soldados ocupantes e incluso que en ultimo gesto de desafío arremetiera contra el dron, distingue su muerte de la de los predecesores líderes de Hamas, asesinados en atentados dentro y fuera del territorio palestino, según reconoció el diario.
La publicación mencionó en el caso del jeque Ahmed Yassin, a quien “Israel” disparó un misil en 2004 desde un helicóptero artillado, mientras era conducido en silla de ruedas tras las oraciones en una mezquita en Gaza.
Aunque quedó poco de su cuerpo para fotografiar, las imágenes del fatal ataque y del líder de barba blanca en su ascenso al cielo cubrieron las paredes de los territorios ocupados y aún son frecuentes en Gaza y Cisjordania, donde lo reflejan en compañía de otros mártires de la causa palestina, apuntó.
En cambio, Yaya Sinwar deja la imagen de un guerrero muerto en combate, y algunos palestinos pueden hallar similitud con el asesinato del guerrillero argentino Che Guevara, muerto a manos del ejército boliviano en 1967, devenido ícono de la causa revolucionaria, reflexionó el medio británcio.
De igual modo, resaltó The Guardian, sus sucesores en el liderazgo de Hamas celebraron su muerte en combate, como lo describió el adjunto Khalil al Hayya, “enfrentando al enemigo sin retirarse, participando en las líneas del frente y moviéndose entre las posiciones de combate”.
Para aumentar la leyenda, en las redes circula un fragmento del poema Plegaria por la Gran Sombra, del poeta más celebrado por los palestinos, Mahmoud Darwish, que al decir de muchos predijo el modo de morir de Sinwar:
“Llegada tu siega, no hay escapatoria. Tu brazo ha caído, así que levántalo y golpea a tu enemigo. No hay escapatoria, yo también caí cerca de ti: levántame y golpea a tu enemigo conmigo… Ahora eres libre, libre, libre”.
Darwish escribió ese poema en otro momento de crisis de la causa palestina, en un barco donde se dirigía, junto a otros activistas y militantes, desde Beirut hacia Túnez, tras la devastadora guerra de “Israel” en territorio libanés en 1982, cuyo fin era destruir a la Organización para la Liberación de Palestina.
Su texto evoca el horror del bombardeo de Beirut y la masacre de musulmanes chiitas palestinos y libaneses en el campo de refugiados en Sabra y Shatila, en Líbano. Ese tema de las muertes en masa ante la indiferencia y la inacción de la comunidad internacional, combinado con el anhelo de una respuesta a esa situación, resuena hoy en los palestinos tras la destrucción de la Franja de Gaza.
Esta muerte gloriosa de Sinwar parece garantizarle el lugar más alto en el panteón de los mártires de Palestina, pondera el diario británico, aunque lo acusa de la muerte de palestinos informantes y de civiles israelíes antes y durante la operación del 7 de octubre, basado en informaciones divulgadas por el gobierno y los medios sionistas, que intentan cargar a Hamas con la culpa de su propio genocidio.
Además, hizo referencia a un texto escrito por Sinwar en las cárceles israelíes y sacado de contrabando, La espina y el clavel.
En esa especie de novela autobiográfica, dada a conocer en 2004, el personaje principal es un combatiente comprometido con la causa que demanda a los palestinos sacrificar todo por su orgullo, dignidad y creencias, y prefiere imponer otras reglas del juego al enemigo, no negociar con él, reflejó The Guardian.
Para el periódico, la epopeya Diluvio de Al Aqsa es el legado del héroe de Hamas, y su muerte en la pelea garantiza que ese mito de su vida siga presente tras su muerte en miles de carteles y murales callejeros en la Palestina insurrecta.
Como reconoce el diario, parte de su legado es demostrar que Hamas pudo cambiar las reglas del juego de “Israel”, aún cuando ponga en dudas el resultado de esta heroicidad para el pueblo palestino.