Colonos israelíes viven en alerta por drones y misiles del Líbano
Los medios de comunicación israelíes hablan de una pesadilla interminable y de un estado de desesperación y frustración entre los colonos del norte, debido a los drones y misiles lanzados desde Líbano.
Como un "infierno interminable" describieron los medios israelíes la vida cotidiana de los colonos en el norte de Palestina ocupada, debido a los drones y misiles provenientes del Líbano.
El periodista de Yedioth Ahronoth Roi Kais, afirmó que los colonos del norte escucharon nuevamente sobre avances en las negociaciones y un posible acuerdo, pero mientras tanto se encuentran atrapados en una rutina de advertencias.
"Un solo dron que sobrevoló los cielos (la noche del viernes) durante casi una hora obligó a decenas de miles de personas a refugiarse en búnkeres hasta que finalmente explotó", aseguró.
La operación, indicó el reportero, afectó a asentamientos desde el oeste de Galilea hasta Nahariya, Akka, Al-Karyot y Carmel. Señaló que "nadie parece vislumbrar el final de esta situación".
De acuerdo con Kais, los colonos consideran lo sucedido como un día más en una rutina insoportable de intercambio de disparos y el lanzamiento de decenas de misiles desde Líbano contra el oeste de Galilea y Haifa.
Citó a un colono de Nahariya, quien huyó a los refugios el viernes después de la alarma repentina de las sirenas: "Estamos traumatizados, hasta los perros están adiestrados para correr automáticamente a los refugios".
"En un momento, toda la cena se interrumpió y sonaron las alarmas de siete teléfonos simultáneamente, y ahí empezó todo el caso", relató.
La vida en los refugios tampoco es fácil, según testimonios recogidos por Kais, pues "la situación es profundamente frustrante, generando tensiones y divisiones".
Además, los colonos también hablaron de "daños causados por fragmentos de los misiles en vehículos y jardines", mientras que la amenaza de los drones es percibida como "más peligrosa" al obligar a cientos de miles de personas a refugiarse.
En Nahariya, los residentes expresaron su descontento por no haber sido evacuados, mientras sufren el colapso de sus negocios y la falta de actividades educativas para los niños aunque se suponía que la vida iba a ser normal.
Respecto a los demás asentamientos, la situación no es mejor. Un colono describió la ciudad de Akka como un "un pueblo fantasma", con lugares de ocio vacíos, cafeterías cerradas y calles desoladas. "Es surrealista", agregó.
Los colonos de la región de Al-Karyot confesaron sentirse inseguros incluso en sus propios hogares. "Nadie puede garantizar nuestra seguridad", señalaron.
Kais concluyó que los colonos del norte viven una realidad insoportable, con alarmas y refugios convertidos en parte de su día a día, mientras se preguntan constantemente: "¿Cuándo terminará esta pesadilla?".
Esta situación ocurre en medio de un agravamiento de los ataques de la Resistencia de Líbano (Hizbullah) contra el norte de la Palestina ocupada, ampliando el alcance de sus operaciones en defensa del país y en apoyo a la Franja de Gaza.