Con Turquía e "Israel", las fronteras de Siria se vuelven borrosas
La agencia estadounidense Bloomberg analizó los recientes acontecimientos en el ámbito sirio y su repercusión en la región, a partir de los intereses de los países vecinos.
El liderazgo de Damasco no es el único aspecto de cambio en Siria a raíz del derrocamiento del expresidente Bashar al-Assad, valoró la agencia estadounidense Bloomberg.
Según valoraciones de sus analistas, también las fronteras de la nación levantina resultan borrosas bajo la resión de "Israel" al suroeste y Turquía al norte.
Como apuntó en un artículo de este domingo, el ejército israelí no perdió tiempo para avanzar hacia Siria tras la caída del gobierno sirio, y desplazó sus tropas más allá de la zona de amortiguamiento establecida bajo el alto el fuego entre ambos países hace 50 años.
El primer ministro de la ocupación, Benjamín Netanyahu, dijo actuar para neutralizar una nueva amenaza, luego de más de un año de lucha contra los grupos Hamas y Hizbullah, respaldados por Irán.
Según la oficina del premier sionista, "Tel Aviv" no permitirá a grupos terroristas llenar el vacío político en Siria y amenazar a las comunidades israelíes.
No obstante, prometió un despliegue temporal de sus tropas, "hasta que la nueva administración siria se adhiera al acuerdo de 1974", demandó.
Durante los últimos días, la ocupación arrasó tierras agrícolas y reservas naturales para crear caminos militares con los cuales unir las aldeas de la campiña del norte de Quneitra con las terrazas de las colinas Jabal al-Sheikh (monte Hermón), al norte de Beit Jinn, en el extremo suroeste de las afueras de Damasco.
Bloomberg ponderó también cómo Turquía mostró una urgencia similar a la hora de afirmar su influencia en una parte mucho mayor de Siria, con el respaldo del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien se refirió a Ankara como “un actor importante en la configuración de la escena política después de Assad”.
Una de las principales prioridades del presidente Recep Tayyip Erdogan es repeler a los grupos kurdos en el norte sirio, vinculados al Partido de los Trabajadores del Kurdistán, ratificó el medio estadounidense.
Pero el objetivo final de Erdogan es crear también una zona de amortiguamiento de 900 kilómetros a lo largo de la frontera entre ambas naciones, dentro del territorios sirio.
También Ankara tiene un fuerte incentivo para asegurar su influencia sobre cómo se gestiona, en última instancia, el poder en Siria, en tanto Turquía acoge a más de tres millones de refugiados de su vecino del sur, legado de una guerra que duró más de más de 13 años.
Además, las empresas turcas serán las principales beneficiarias cuando comience la reconstrucción de posguerra en el país vecino.
En opinión de los analistas del Grupo Eurasia en Bloomberg, el gobierno turco buscará dar forma al panorama político y económico en Siria para expandir sus intereses turcos.
De lograrlo, puede resultar positivo para ambas naciones, y ayudará a Erdogan a presentarse como un hombre influyente, lo cual mejoraría su popularidad, por lo general baja.
Hace dos días, el presidente turco anunció la disposición de su país a ayudar a la nueva administración siria a construir la estructura estatal y redactar una nueva constitución, para lo cual mantiene comunicación frecuente con Damasco.