Reino Unido ayudó a Al-Qaeda a derrocar a Bashar al-Assad en Siria
Un informe británico destaca el papel del Reino Unido en el apoyo a grupos armados en Siria para derrocar al expresidente Bashar al-Assad y crear un escenario de caos, a costa del sufrimiento del pueblo sirio.
Los actos de Reino Unido en Siria por detrás del telón para derrocar al expresidente sirio Bashar al-Assad, en cooperación con los Estados Unidos y otros aliados, incluyeron el apoyo a grupos armados desde 2011, aseguró el sitio web británico Declassified UK.
El artículo titulado “Cuando Reino Unido ayudó a Al-Qaeda en Siria”, de Mark Curtis, revela las etapas de la Década del Fuego vivida por Damasco y la región, a partir de la intervención internacional de las potencias occidentales y su financiamiento posterior a los grupos de la llamada “oposición siria”, en cooperación con países como Qatar y Arabia Saudita.
Uno de los principales beneficiarios de la campaña secreta fue Jabhat al-Nusra, la rama de al-Qaeda en Siria fundada por Abu Muhammad al-Golani, quien más tarde llamó a sus fuerzas armadas Hay'at Tahrir al-Sham.
La ayuda estadounidense a estos grupos armados se estimó en ese momento en mil millones de dólares, mientras que Qatar y Arabia Saudita contribuyeron con miles de millones más.
En el plano militar, el artículo demuestra el camino de las armas enviadas desde Libia a través de Turquía con el apoyo de la OTAN, las cuales incluían sistemas de comunicaciones avanzados y equipo militar, que estaban dirigidas al Ejército Sirio Libre, pero muchas veces terminaron en manos de otros grupos, como el Frente Al-Nusra.
Curtis describe cómo Reino Unido entrenó a grupos armados en ese momento dentro de bases militares equipadas en Jordania, y durante este período la inteligencia británica y estadounidense supervisó el entrenamiento, orientación y coordinación de estos rebeldes.
En 2015, Londres envió 85 soldados a Turquía y Jordania para entrenar facciones armadas, a razón de cinco mil militantes por años durante el próximo trienio.
También proporcionó funcionarios a las salas de operaciones en Turquía y Jordania para ayudar a gestionar el programa, y transfirió misiles antitanques y de otros tipos a varios grupos de entrenamiento desarrollados después.
Según admite el autor, los últimos diez años de entrenamiento y apoyo prolongaron la guerra y exacerbaron el sufrimiento del pueblo sirio, además de crear una enorme crisis de refugiados.
Los países occidentales, a través de sus máquinas mediáticas, se centraron en responsabilizar al antiguo régimen sirio por el empeoramiento de las condiciones políticas, económicas y de seguridad.
El artículo resalta cómo la política de Reino Unido y sus aliados en Siria, basada en el apoyo a la llamada oposición (incluidos los grupos armados), fortaleció el caos y prolongó el conflicto.
A la vez, planteó otro dilema: ¿con quién trabajarán ahora los funcionarios británicos para lograr sus objetivos?”, porque el deseo británico de lograr un gobierno pro occidental en Siria continuará a cualquier costo, y el escenario de los últimos años se mantendrá, con repercusiones económicas y de seguridad para el pueblo sirio.