Los ministros de Relaciones Exteriores y de Finanzas de Canadá se reunieron con miembros del equipo del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, para discutir los aranceles que planea imponer el republicano a Ottawa tras su toma de posesión en enero de 2025.

La ministra de Exteriores, Melanie Joly, y el de Finanzas, Dominic LeBlanc sostuvieron un encuentro con el nominado por Trump para dirigir el Departamento de Comercio, Howard Lutnick quien será responsable de elaborar las políticas comerciales de Washington. También participó el candidato para el Departamento del Interior, Doug Burgum .

En tanto, un portavoz de LeBlanc calificó la reunión como "positiva y constructiva".

Semanas antes de volver oficialmente a la Casa Blanca, Donald Trum amenazó con imponer aranceles de hasta un 25 por ciento a productos canadienses y mexicanos, justificándolos por crisis relacionadas con los opioides, en especial el fentanilo, y la inmigración.

Por su parte, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, prometió tomar represalias en caso de que los aranceles se implementaran, aunque no ofreció detalles sobre las posibles medidas.

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Tales afirmaciones de un lado y otro, generaron temores sobre una guerra comercial entre los dos países vecinos.

El portavoz del ministro de Finanzas señaló que LeBlanc y Joly presentaron las medidas previstas en el plan de control fronterizo de Canadá y reiteraron el compromiso mutuo de fortalecer la seguridad en la frontera, además de combatir los daños provocados por el fentanilo para salvar vidas tanto ambos países.

La nueva estrategia fronteriza, que tiene un costo estimado de mil millones de dólares canadienses (694 millones de dólares estadounidenses), fue diseñada como respuesta a las amenazas de Trump.

Esta visita a Canadá ocurre en un contexto de crisis política interna para el gobierno de Justin Trudeau, que enfrenta un debilitamiento político debido a la salida de un aliado izquierdista de su coalición y al creciente descontento dentro de su partido.

Expertos han advertido que los elevados aranceles propuestos por Trump podrían ser desastrosos para Ottawa, pues Washington es su principal socio comercial.

Además, alrededor de dos millones de empleos canadienses dependen directamente del comercio con el país vecino.