Partidarios del expresidente surcoreano izan bandera de EE. UU.
Tras la decisión de aislar al depuesto Yoon Suk-yeol, en el contexto de la orden de arresto emitida en su contra, un periódico británico comentó los motivos que llevaron a sus seguidores a honrar el pabellón del aliado junto al de su país.
Mientras las autoridades policiales intentaban arrestar al depuesto presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, este viernes, sus partidarios se reunieron frente a la residencia presidencial y ondearon la bandera nacional junto a la de Estados Unidos.
Según el análisis del periódico británico The Guardian, la combinación inesperada puede parecer desconcertante para quienes no conocen la política surcoreana, pero, para los seguidores de Yun el gobierno estadounidense no es solo un aliado, es también un ejemplo.
El simbolismo de la bandera norteña es una declaración cultural más amplia, un reflejo de un orden espiritual que creen amenazado por una corriente "subordinada a Corea del Norte"
Sus reverencias abiertas a Estados Unidos se sustentan en la "gratitud" de haber sido liberados del dominio colonial japonés por Estados Unidos, y luego defendidos durante la Guerra de Corea de 1950 a 1953, lo cual convierte a Washington ante sus ojos "en un protector divino de la democracia, un garante de los valores cristianos”.
De acuerdo con la reseña del diario británico, estos grupos, aunque marginales en la sociedad surcoreana, se hicieron notar más en los últimos años al adoptar la retórica de la derecha estadounidense, sobre todo en sus acusaciones sobre un supuesto fraude electoral.
Tal narrativa se intensificó a partir de la declaración de un corto periodo de ley marcial, justificada por Yoon por una supuesta manipulación electoral y la presencia de fuerzas pro-Corea del Norte y antiestatales, lo cual terminó en la actual orden de arresto.
Para The Guardian, son evidentes las similitudes en las tácticas de Corea del Sur y Estados Unidos: cuestionar la integridad de las elecciones, reclamar autoridad moral a través de valores religiosos y presentar a los oponentes políticos como enemigos del Estado.
El día de Año Nuevo, el propio Yoon reforzó su narrativa en un mensaje desafiante a sus seguidores, a quienes advirtió sobre "las fuerzas que violan la soberanía", y les prometió "luchar hasta el final".
Dos días después, los manifestantes frente a la residencia del presidente derrocado levantaron pancartas en coreano con el mensaje "fraude electoral" y otras en inglés, "Stop the Steal"; pero ninguno supo explicar on exactitud cuales eran las pruebas de esa manipulación de los comicios.
Este viernes, el Tribunal Constitucional de Corea del Sur anunció su intención de celebrar dos sesiones de juicio para el presidente depuesto, los días 14 y 16 de enero.
Sin embargo, una unidad militar impidió a los investigadores arrestar al depuesto presidente, según reportó la agencia de noticias surcoreana Yonhap.