Investigador israelí reconoce superioridad de Hamas
A pesar del duro golpe que recibió Hamas y su liderazgo, el movimiento aún retiene a prisioneros y mantiene su poder político y social en la Franja, lo cual significa que no fue derrotado, confirmó el analista Moshe Bozialov.
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Hamas logró sentar a la entidad israelí en la mesa de negociaciones y consiguió, además de un alto al fuego, la liberación de cientos de prisioneros palestinos detenidos en las cárceles sionistas.
El investigador israelí del Instituto Miskav de Seguridad Nacional, Moshe Bozialov, instó a despertar del engaño sobre una supuesta derrota del movimiento Hamas en la Franja de Gaza y subrayó que tal afirmación es prematura y, en realidad, incorrecta.
Un artículo publicado en el diario israelí Maariv, confirma que el verdadero desenlace sobre la derrota de Hamas no se mide por el número de muertos o el nivel de destrucción en Gaza, sino por la capacidad de “Israel” para imponer su voluntad sobre ese grupo político y militar, obligándolo a dejar de ser una amenaza estratégica y a renunciar a su autoridad.
El investigador destacó que el presidente estadounidense, Donald Trump, comprendió bien esta realidad, y propuso un plan para la posible reubicación de los habitantes de Gaza en diferentes partes del mundo, una medida basada en un entendimiento estratégico profundo de las condiciones necesarias para lograr un desenlace real.
Bozialov enfatizó también que, a pesar del duro golpe que recibió Hamas y su liderazgo, el movimiento aún retiene a prisioneros y mantiene su poder político y social en la Franja, lo cual demuestra que no fue derrotado.
Además, señaló que la maniobra militar del "ejército" israelí en Gaza causó un daño significativo a las capacidades militares de Hamas, pero el verdadero examen es si el movimiento dejó de ser una amenaza.
“En realidad, Hamas todavía puede lanzar misiles, llevar a cabo ataques y controlar a la población de Gaza”, agregó.
En el mismo contexto, el experto consideró que, si “Israel” desea lograr un desenlace real contra Hamas, debe, en colaboración con Estados Unidos, imponer una amenaza militar real y contundente para obligar a su liderazgo a reconocer como única opción, su rendición a las condiciones del régimen opresor.