El 3 de febrero de 1930, bajo el liderazgo de Ho Chi Minh, fue fundado el Partido Comunista de Vietnam, guía de su pueblo en la lucha contra el colonialismo, el imperialismo y por la construcción de una sociedad socialista.

Durante 95 años, la formación política constituyó un ejemplo de resistencia, unidad y determinación, enfrentó con valentía los desafíos de la historia y logró significativos avances en la modernización del país, la defensa de su soberanía y el bienestar de su gente.

A lo largo de su historia, el Partido Comunista de Vietnam fortaleció la tradición de lucha y el patriotismo nacionales, y con el tradicional espíritu pacífico y amistoso de su pueblo y gobierno, y el empleo sabio de la diplomacia logró repeler conflictos internacional y llevar a la nación a superar escollos e integrarse a las tendencias de la época.

En todo ello, tuvo mucho que ver el legado del líder histórico Ho Chi Min, quien siempre asoció la independencia nacional a la construcción relaciones amistosas con todos los países, en especial con las naciones vecinas, amigos tradicionales y los pueblos progresistas y amantes de la paz.

De esta manera, afloró en el seno del Partido Comunista el pensamiento humanista de Tío Ho, defensor de la justicia y la moral por la paz mundial.

Pero nada de ello hubiera sido posible sin la herencia de valentía y resistencia de su pueblo y su participación activa en los frentes político, militar, económico y socio cultural frente a todo tipo de amenazas y bloqueos imperiales.

En las últimas tres décadas de renovación, el Partido perfeccionó la política exterior de independencia, autodeterminación y de apertura por la cooperación, la multilateralización y diversificación, activo y proactivo en la integración internacional.

La experiencia y logros alcanzados hoy por Vietnam son fuentes de inspiración para las fuerzas progresistas del mundo, en especial en la lucha por un orden internacional más justo, equitativo y multipolar.

Fiel a los principios de su fundador, Ho Chi Minh, el papel y la fuerza del Partido Comunista de Viertnam reciben hoy cada vez más atención, pues coadyuvan a la materialización del objetivo de construir un pueblo próspero, un país fuerte, democrático, justo y civilizado.

Pese a los restos de la nueva realidad, los dirigentes partidistas están decididos a convertir a Vietnam en una nación desarrollada en el año del centenario de la independencia en 2045.