Desplazamiento desde Cisjordania alcanza nivel más alto desde 1967
Alrededor de 40 mil palestinos huyeron tras una amplia operación militar israelí en la zona el mes pasado, precisó una nota publicada en el diario The New York Times.
-
Palestinos huyen del campamento de Yenín, en Cisjordania.
El desplazamiento de palestinos desde Cisjordania en la actualidad es el más alto desde la ocupación israelí de la región en 1967, precisaron investigadores citados por el diario The New York Times.
De acuerdo con las fuentes, alrededor de 40 mil ciudadanos huyeron de la zona tras una amplia operación militar israelí el mes pasado.
Las incursiones sionistas en tres áreas del norte de Cisjordania obligaron a miles de personas a refugiarse en casas de familiares y amigos o a acampar en salones de bodas, escuelas, mezquitas, edificios municipales e incluso en graneros.
Muchos palestinos expresaron temor a la tentativa encubierta israelí para desplazar de manera permanente a la población de sus hogares y consolidar el control de las áreas bajo administración de la Autoridad Palestina.
Aunque un aproximado de tres mil personas regresaron a sus hogares, la mayoría sigue sin vivienda tras más de tres semanas, lo cual representa un desplazamiento superior al ocurrido durante una operación similar en 2002.
Conforme a historiadores palestinos e israelíes, algunos de los desalojados no encontrarán hogares a los cuales retornar ya que las fuerzas sionistas demolieron decenas de edificios y destruyeron infraestructuras clave como carreteras, tuberías de agua y líneas eléctricas.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU confirmó la ruina de sistemas de alcantarillado en cuatro barrios densamente poblados, conocidos como campos de refugiados.
Algunas instalaciones de agua potable fueron contaminadas con elementos residuales.
Según la historiadora palestino-estadounidense de la Universidad de Arizona, Maha Nassar, lo inédito del movimiento forzoso no fue solo su magnitud, sino también el discurso asociado al intentar normalizar la idea de traslado permanente.
Para Nassar, ese comportamiento constituye una escalada significativa en el conflicto, con el potencial de transformar de manera drástica el panorama político y demográfico de la región.