EE. UU. emplea política migratoria como arma contra Cuba
Sobre los antecedentes y el trato a los cubanos emigrados hacia Estados Unidos, en el controvertido contexto creado por las medidas de la actual administración de ese país para con los migrantes, habló en exclusiva para programa Mesa Redonda de la televisión cubana el viceministro de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossío.
-
El viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Carlos Fernández de Cossío.
Estados Unidos en las últimas décadas utilizó la política migratoria como herramienta de desestabilización contra Cuba, expresó el viceministro de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossío.
Durante la entrevista exclusiva concedida al programa Mesa Redonda de la televisión cubana, el diplomático habló sobre los antecedentes y el trato a los cubanos emigrados hacia Estados Unidos, en el controvertido contexto creado por las medidas de la actual administración de ese país para con los migrantes.
Según el experto en las relaciones bilaterales, el hecho de que Estados Unidos vea el tema migratorio como prioritario es lógico, pues es un país formado por migrantes llegados desde Europa y otras partes del mundo.
La brecha entre los países desarrollados y en desarrollo crece y es entendible la emigración desde el Sur global hacia el Norte, ese fenómeno acontece en Europa y Norteamérica, señaló.
A juicio del funcionario, mediante la negación de visas o la negativa a procesar visados para cubanos, sucesivos gobiernos estadounidenses estimularon el empleo de las vías irregulares.
La amplia presencia de cubanos en Estados Unidos incluye a personas nacidas allá, quienes son identificadas como cubanos, por herencia familiar, otros quienes adquieren la ciudadanía estadounidense o residencia temporal, y aquellos quienes no tienen un estatus legal reconocido por las autoridades (ilegales) y están en un limbo porque no fueron asimilados y corren el peligro de expulsión.
Conforme a los cálculos, para los cubanos emigrados de manera regular por el aeropuerto, la operación para llegar a Estados Unidos puede costarle entre siete mil y quince mil dólares, e incluso hay quienes hablan de dieciocho mil dólares por persona, precisó Cossío.
Si multiplicamos eso por doscientos mil o doscientos cincuenta mil personas, estamos de en presencia de operaciones multimillonarias activas desde territorio estadounidense, donde están la organización y el financiamiento, describió.
Ese es un tema tratado de manera reiterada con las autoridades estadounidenses a lo largo de los años, pero evidentemente no hay voluntad por parte del gobierno para atacar la fuente de ese tráfico, en su paso por Centroamérica y México.
Durante el diálogo con la periodista Arleen Rodríguez, Cossío recordó que el cubano, a diferencia de otros latinoamericanos, cuando llega a la frontera recibe un trato privilegiado y entra a Estados Unidos con facilidad. Esto llevado a muchos cubanos conacionales a creer en la existencia de un privilegio automático para ser admitidos y ajustar su estatus con relativa rapidez.
En opinión de Cossío, la relación entre Cuba y Estados Unidos es difícil en muchos aspectos, incluido el tratamiento de las deportaciones masivas, término también utilizado en el caso de Cuba, a pesar de los acuerdos migratorios entre embos países encaminados a resolver los problemas de la irregularidad, el desorden y la inseguridad en la migración.
Los referidos convenios incluyeron compromisos como la emisión de un mínimo de veinte mil visas anuales para cubanos, la devolución al país de personas interceptadas en alta mar y vuelos de deportación para aquellos considerados por Estados Unidos con una estancia irregular en su territorio.
Respecto a la amenaza de deportaciones masivas, aclaró el viceministro, la importancia de considerar que muchos de los migrantes cubanos fueron empujados a emigrar debido a las difíciles condiciones económicas en Cuba, exacerbadas por el bloqueo económico impuesto por Estados Unidos.
Cossío calificó de contradictorio la expulsión de personas con familias, empleos y propiedades en Estados Unidos, después de haber sido incentivadas a emigrar por las referidas políticas, incluso cuando existen acuerdos migratorios los cuales funcionaron bien en el pasado.
No obstante, Cuba está abierto a asimilar devoluciones, pero siempre dentro de los términos acordados y tomando en cuenta la historia y las circunstancias, aun cuando Estados Unidos continúa la politica de agresión económica y de otro tipo contra el país, señaló.
En otro momento de su entrevista, el viceministro refirió la disminución significativa de la migración irregular en períodos de acercamiento y entendimiento entre los dos países.
Los interlocutores en el espacio televisivo comentaron cómo en los medios de comunicación del sur de Florida, tanto tradicionales como en redes sociales, los políticos estadounidenses, quienes presumen de ser cubanos, emiten amenazas con medidas migratorias severas como si la Isla expulsara a sus ciudadanos debido al “fracaso del socialismo”.
Sobre este particular, Cossío apuntó el clima de acoso contra los cubanos, exacerbado por las refridas declaraciones las cuales insisten en el fracaso del socialismo, pero no dan a la nación de demostrar lo contrario si levantaran el bloqueo económico.
Una de las últimas medidas impulsadas por Estados Unidos busca atacar esta colaboración médica cubana en el exterior.
Respecto al tema, Cossío condenó la disposición estadounidense dirigida a frenar las fuentes de ingreso económico de Cuba, cortar sus vínculos con otros países y limitar la cooperación internacional, incluido los programas médicos.
La colaboración médica cubana benefició a más de 60 países, con más de 12 mil profesionales de la salud prestando servicios en el exterior. En muchos casos, esos glenos son la única fuente de atención médica en comunidades remotas.
Por tanto, acusar a Cuba de ‘tráfico de personas’ o ‘esclavitud’ es falso porque los profesionales reciben salarios en el país y estipendios en las naciones donde laboran de manera voluntaria, enfatizó Cossió.
Esas acciones forman parte de una estrategia más amplia para agredir a Cuba y reforzar el bloqueo económico, el cual afecta no solo a los cubanos, sino también a las comunidades que dependen de su ayuda.
Respecto a la relación del Gobierno de la mayor de las Antillas con su emigración, Cossío comentó la existencia de un acercamiento, bajo el criterio de que esas personas forman parte de la población cubana.
En ese sentido, destacó los esfuerzos de unidad de la dirección del país contraria a Estados Unidos, empeñado en reprimir la posibilidad a estos ciudadanos de estrechar vínculos con la nación de origen.
¿A qué temen los políticos de Estados Unidos cuando intentan romper los lazos con la familia cubana o la cooperación con este país?, preguntó el diplomático.
Quizás la raíz de todo es el fracaso en el intento de hacer la vida imposible a una nación por más de 60 años, aseveró.
Cossió reclacó toda la disposición de Cuba a dialogar con el Gobierno estadounidense, desde una posición de respeto, y sin renunciar al derecho a la autodeterminación.
También denunció el objetivo inmediato de los políticos anticubanos de hacer la existencia lo más difícil posible en la isla, para lo cual cortan el acceso al comercio, al financiamiento, entre otras cuestiones, a fin de deprimir la calidad de vida de la población y usarla como rehén y punta de lanza para derrocar el gobierno.