Violencia sectaria en Siria alcanzó Damasco y atemorizó a los alawitas
Testigos presenciales relataron a Reuters los actos de violencia y masacres cometidos por fuerzas armadas afiliadas al Ministerio de Defensa sirio en la capital, Damasco.
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Fuerzas de seguridad en la ciudad de Jableh, gobernación de Latakia. 7 de marzo de 2025. Foto: AFP.
Los detalles de las masacres y los actos de violencia cometidos a principios de marzo por elementos del Ministerio de Defensa de Siria, junto con otros grupos armados y organizaciones, continúan saliendo a la luz.
Según testimonios recogidos por Reuters, estos hechos alcanzaron la capital, Damasco, y generaron temor entre la comunidad alawita.
Al menos 12 testigos relataron a la agencia algunos de estos ataques, aunque solicitaron el anonimato por miedo a represalias.
Uno de ellos afirmó que cerca de la medianoche del 6 de marzo, cuando comenzó una ola de asesinatos sectarios en el oeste de Siria, hombres enmascarados irrumpieron en las viviendas de familias alawitas en Damasco y detuvieron a más de 20 hombres desarmados.
De acuerdo con múltiples testimonios, la violencia sectaria se extendió por los suburbios del sur de la capital, a pocos kilómetros del Palacio Presidencial.
No obstante, antes no se revelaron detalles sobre las redadas, secuestros y asesinatos.
Algunos testigos señalaron que entre los detenidos en el barrio de Al-Qadam había un profesor jubilado, un estudiante de ingeniería y un mecánico, todos de la comunidad alawita.
Un residente de la zona relató que su primo, Ihsan Zeidan, un ingeniero en telecomunicaciones de 48 años, fue secuestrado por hombres enmascarados en la madrugada del 7 de marzo.
"Golpeaban la puerta de cualquier casa alawita y se llevaban a los hombres que se encontraban dentro. Se lo llevaron solo porque era alawita", afirmó.
Secuestros, asesinatos y temor en la comunidad alawita
El barrio capitalino de Al-Qadam es hogar de numerosas familias alawitas.
Testigos informaron que al menos 25 hombres fueron secuestrados y, posteriormente, se confirmó la muerte de ocho de ellos.
Según sus familiares y vecinos, algunos fueron identificados a través de fotografías de los cuerpos.
Otros fueron encontrados sin vida en las cercanías y del resto no se tuvo noticias.
Cuatro personas indicaron que algunos de los hombres armados que irrumpieron en Al-Qadam se identificaron como miembros de la Dirección de Seguridad General, una nueva agencia compuesta por excombatientes.
Un portavoz del Ministerio del Interior, bajo cuya jurisdicción opera la Dirección de Seguridad General, negó en declaraciones a Reuters que los alawitas eran un objetivo específico.
"Las fuerzas de seguridad confiscan armas sin distinción sectaria", alegó.
Sin embargo, evitó responder otras preguntas, como la razón por la cual hombres desarmados fueron arrestados en estas operaciones.
Investigaciones y desplazamientos forzados
Por su parte, la investigadora de Human Rights Watch, Hiba Zayadin, instó a realizar una investigación exhaustiva sobre estas redadas.
"Las familias merecen respuestas y las autoridades deben garantizar que los responsables rindan cuentas, sin importar su afiliación", declaró.
Zayadin continuó: "Hasta que eso suceda, el ciclo de violencia e impunidad continuará".
A su vez, la Comisión de Investigación informó que entrevistó testigos en varias zonas costeras y aún debe visitar otras dos ciudades, sin mencionar Damasco.
Todos los testigos consultados por Reuters sintieron una fuerte presión para abandonar el barrio de Al-Qadam debido a su identidad alawita. Algunos ya lo hicieron.
Un joven residente contó que, tras la caída del régimen de Bashar Al-Assad, hombres armados acudieron varias veces a su casa para exigir pruebas de propiedad y asegurarse de que la familia no estuviera vinculada al expresidente.
Ante el temor, él y su familia huyeron y dejaron su vivienda bajo el resguardo de vecinos suníes.
Otros dejaron de asistir al trabajo o solo salieron durante el día para evitar posibles arrestos.
Una mujer de unos 60 años comentó que considera vender su casa en Al-Qadam para proteger a su esposo e hijos.
"Después de todo lo que ha pasado, lo único que quiero es salir de aquí", expresó.
Mientras tanto, en las últimas semanas, la costa siria, incluidas las provincias de Latakia y Tartus, fue escenario de ejecuciones sumarias perpetradas por grupos armados y elementos del Ministerio de Defensa.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, más de mil 500 personas, todos alawitas, cayeron mártires en estos ataques.