Gobierno de RDC y movimiento M23 celebrarán conversaciones en Qatar
Funcionarios de la República Democrática del Congo y negociadores del M23 llegaron a Qatar para mantener conversaciones con el fin de alcanzar un alto al fuego.
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Reunión entre los presidentes de la República Democrática del Congo y de Ruanda bajo la mediación del Emir de Qatar.
Funcionarios del gobierno de la República Democrática del Congo (RDC) y negociadores del movimiento rebelde M23 llegaron a la capital de Qatar, Doha, para mantener conversaciones de paz destinadas a alcanzar un alto al fuego y poner fin a meses de combates, dijeron el jueves cuatro fuentes a Reuters.
Miembros de las dos delegaciones confirmaron su presencia en la capital qatarí y afirmaron que el miércoles "había una reunión directa", pero todavía discuten el marco de las conversaciones.
Todas las fuentes, dos funcionarios gubernamentales y dos representantes rebeldes, pidieron el anonimato porque los mediadores qataríes les solicitaron no hablar con la prensa.
Qatar celebró el pasado mes una reunión entre el presidente de la RDC, Félix Tshisekedi, y su homólogo de Ruanda, Paul Kagame, en el primer encuentro entre ambos líderes desde que el M23 lanzó un ataque en enero.
El impulso a las conversaciones de paz es el último esfuerzo para poner fin a un enfrentamiento de años, con sus raíces en el genocidio de Ruanda de 1994, y que amenaza con un conflicto regional más amplio.
Una fuente familiarizada con la mediación de Qatar dijo a Reuters que las dos partes mantuvieron una reunión secreta en Doha a principios de este mes para preparar las conversaciones de paz. Sin embargo, las negociaciones que debían comenzar este miércoles aún enfrentan obstáculos.
"Kinshasa envió delegados sin las cualificaciones ni la capacidad para negociar", comentó una fuente rebelde.
Una fuente del gobierno congoleño advirtió, en tanto, que "cualquier resolución del conflicto tomará varios meses".
El gobierno de la RDC aceptó entablar conversaciones directas en Angola el mes pasado, pero el M23 se retiró el día antes del inicio previsto de las negociaciones, alegando sanciones de la Unión Europea contra el movimiento y funcionarios ruandeses.