El primer ministro Mark Carney lanzó una de sus advertencias más enérgicas hasta el momento sobre la amenaza que, según él, representa el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para la soberanía y la unidad de Canadá.

Carney destacó las crecientes tensiones comerciales y diplomáticas no solo como una disputa sobre aranceles, sino como parte de una campaña más amplia y deliberada de Trump para socavar y desestabilizar a Canadá. 

"Nos enfrentamos a la mayor crisis de nuestras vidas. El presidente Trump está atacando a Canadá, el aliado más cercano de Estados Unidos, el socio más cercano de Estados Unidos", declaró. 

El titular afirmó que Trump está intentando "romper" Canadá para tomar el control del país, afirmando firmemente que eso "nunca sucederá".

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La advertencia forma parte de un patrón más amplio de intensificación de la presión estadounidense. 

En marzo, la administración Trump impuso aranceles radicales del 25 por ciento a una amplia gama de exportaciones canadienses, al margen de las protecciones del Tratado entre Estados Unidos, México y Canadá.

Si bien se extendió una reducción arancelaria del 10 por ciento a la mayoría de los demás socios comerciales de Estados Unidos durante 90 días, tanto Canadá como México quedaron notablemente excluidos, lo que agravó el impacto económico.

En respuesta, Carney anunció nuevas medidas para reducir la dependencia canadiense de los mercados estadounidenses, en particular en los sectores maderero y tecnológico. 

Reveló que Canadá reducirá su compromiso con empresas tecnológicas estadounidenses  e invertirá en el fortalecimiento de las alternativas nacionales, como parte de lo que denominó un plan más amplio para proteger la economía del país de Trump.