Francia juzga a exvocero de grupo armado por crímenes en Siria
Majdi Naameh, alias Islam Alloush, enfrenta cargos por reclutar niños y colaborar con milicia armada en Siria entre 2013 y 2016.
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El caso de Naameh constituye uno de los pocos procesos abiertos en Europa contra miembros de grupos armados sirios.
El gobierno de Francia inició el lunes un proceso judicial contra el exvocero del grupo armado Jaish al-Islam, Majdi Naameh (alias Islam Alloush), por su presunta complicidad en crímenes de guerra cometidos en Siria entre 2013 y 2016.
Durante la primera audiencia, el acusado asumió presentarse como denunciante, alegó el abandono de la organización, la cual intentó juzgarla en Turquía por reclutar menores.
Naameh, de 36 años, declaró haber recopilado pruebas durante un año y medio, pero las autoridades turcas rechazaron abrir el caso.
Jaish al-Islam, agrupación extremista a la cual perteneció el encartado, fue una de las principales facciones rebeldes contra el gobierno sirio durante el conflicto.
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Acusaciones por reclutamiento de menores y colaboración armada
El Ministerio Público francés imputó a Naameh haber colaborado en el reclutamiento de niños para participar en hostilidades armadas, práctica calificada como crimen de guerra.
Si es hallado culpable, podría ser condenado a una pena máxima de 20 años de prisión.
El acusado llegó a Francia a fines de 2019 bajo un programa de intercambio académico y fue arrestado en Marsella en enero de 2020. Desde entonces permanece detenido.
Según informes, el proceso es realizado bajo el principio de jurisdicción universal, el cual permite juzgar en Francia delitos graves cometidos fuera de su territorio.
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Crímenes internacionales bajo escrutinio judicial
El caso de Naameh constituye uno de los pocos procesos abiertos en Europa contra miembros de grupos armados sirios por violaciones al derecho internacional humanitario.
Las organizaciones de derechos humanos consideran este juicio un precedente importante en la lucha contra la impunidad por los abusos cometidos durante la guerra en Siria.
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Además de los cargos por crímenes de guerra, la fiscalía lo acusa de pertenecer a una organización criminal y ello agrava su situación legal y refuerza el enfoque de Francia en la persecución internacional de actores involucrados en conflictos armados no estatales.